La es una afección autoinmune crónica y progresiva que afecta al sistema nervioso central. La esclerosis múltiple ocurre cuando el sistema inmunitario ataca la mielina que protege las fibras nerviosas de la médula espinal y el cerebro.

Esto se conoce como desmielinización, y causa dificultad de comunicación entre los nervios y el cerebro. Eventualmente puede resultar en daño a los nervios.

En la actualidad se desconoce la causa de la esclerosis múltiple. Se cree que factores genéticos y ambientales pueden ser responsables. Hoy en día no hay cura para la esclerosis múltiple, aunque hay tratamientos que pueden reducir los síntomas.

La esclerosis múltiple puede ser difícil de diagnosticar. No hay una prueba única que pueda diagnosticarla. En cambio, un diagnóstico por lo general requiere múltiples pruebas para descartar otras afecciones con síntomas similares.

Después de que tu médico realice un examen físico, es probable que pida varios tipos de pruebas si sospecha que podrías tener esclerosis múltiple.

Los análisis de sangre probablemente serán parte de la prueba inicial si tu médico sospecha que podrías tener esclerosis múltiple. Los análisis de sangre actuales no pueden dar un diagnóstico firme de esclerosis múltiple, pero pueden descartar otras afecciones. Estas otras afecciones incluyen:

  • enfermedad de Lyme
  • sífilis
  • VIH/SIDA
  • trastornos hereditarios poco comunes

Todos estos trastornos se pueden diagnosticar con análisis de sangre. Los análisis de sangre también pueden revelar resultados anormales. Esto puede conducir a diagnósticos como cáncer o deficiencia de vitamina B12.

Las imágenes por resonancia magnética (IRM) son la prueba de elección para diagnosticar la esclerosis múltiple en combinación con los análisis de sangre iniciales. Las resonancias magnéticas utilizan ondas de radio y campos magnéticos para evaluar el contenido relativo de agua en los tejidos del cuerpo. Pueden detectar tejidos normales y anormales e irregularidades.

Las resonancias magnéticas ofrecen imágenes detalladas y sensibles del cerebro y la médula espinal. Son mucho menos invasivas que las radiografías o las tomografías computarizadas, que usan radiación.

Objetivo

Los médicos buscarán dos cosas cuando pidan una prueba de resonancia magnética para una posible esclerosis múltiple:

  • cualquier anormalidad que pudiera descartar la esclerosis múltiple
  • evidencia de desmielinización

La capa de mielina que protege las fibras nerviosas es grasa, y repele el agua cuando no está dañada. Sin embargo, si la mielina se ha dañado, este contenido de grasa se reduce o desaparece, y ya no repele el agua. Como resultado, el área tendrá más agua que puede ser detectada mediante la IRM.

Para diagnosticar esclerosis múltiple, los médicos deben encontrar evidencia de desmielinización. Además de descartar otras afecciones potenciales, una resonancia magnética puede proporcionar pruebas sólidas de que se ha producido desmielinización.

Preparación

Antes de que te hagas la resonancia magnética, deberías quitarte todas las joyas. Si tienes algo de metal en la ropa (incluyendo cremalleras o sujetadores), se te pedirá que te pongas una bata de hospital.

Permanecerás acostado dentro de la máquina de resonancia magnética (que está abierta en ambos extremos) el tiempo que dure el procedimiento, que es entre 45 minutos y 1 hora. Informa a tu médico y al técnico con anticipación si tienes:

  • implantes metálicos
  • un marcapasos
  • tatuajes
  • implantes para infusiones de fármacos
  • válvulas cardíacas artificiales
  • antecedentes de diabetes
  • cualquier otra afección que creas que podría ser relevante

La punción lumbar, también llamada punción espinal, se utiliza algunas veces en el proceso de diagnóstico de la esclerosis múltiple. En este procedimiento se extraerá una muestra del líquido cefalorraquídeo (LCR) para realizar pruebas.

Durante el procedimiento, se inserta una aguja en la parte baja de la espalda, entre las vértebras y el canal espinal. Esta aguja hueca recogerá la muestra de LCR para la prueba.

Una punción lumbar típicamente toma unos 30 minutos, y te administrarán anestesia local. Probablemente te pedirán que te acuestes de un lado con la columna vertebral curvada.

Después de limpiar el área y administrar un anestésico local, el médico insertará la aguja hueca en el canal espinal para extraer una cantidad equivalente a dos cucharadas de líquido cefalorraquídeo. Por lo general, no hay preparación especial, aunque te pueden pedir que dejes de tomar anticoagulantes.

Los médicos que piden punciones lumbares durante el proceso de un diagnóstico de esclerosis múltiple utilizarán el examen para descartar afecciones con síntomas similares. También buscarán señales de esclerosis múltiple, como:

  • niveles elevados de anticuerpos llamados anticuerpos IgG
  • proteínas llamadas bandas oligoclonales
  • un número inusualmente alto de glóbulos blancos

Las personas con esclerosis múltiple pueden tener un recuento de glóbulos blancos hasta siete veces más alto de lo normal. Sin embargo, estas respuestas inmunes anormales también pueden ser causadas por otras afecciones.

También se calcula que del 5 por ciento al 10 por ciento de las personas con esclerosis múltiple no muestran anomalías en su LCR.

Las pruebas de potencial evocado (EP, en inglés) miden la actividad eléctrica en el cerebro que ocurre en respuesta a la estimulación, como el sonido, el tacto o la vista. Cada tipo de estímulo evoca señales eléctricas diminutas, que pueden ser medidas por los electrodos colocados en el cuero cabelludo para monitorear la actividad en ciertas áreas del cerebro.

Hay tres tipos de pruebas de EP. La respuesta evocada visual (VER o VEP, en inglés) es la que más se utiliza para diagnosticar la esclerosis múltiple.

Cuando los médicos pidan una prueba de EP, buscarán una transmisión dañada a lo largo de las vías nerviosas ópticas. Esto suele ocurrir de forma temprana en la mayoría de los pacientes con esclerosis múltiple. Sin embargo, antes de concluir que las VER anormales se deben a la esclerosis múltiple, deben excluirse otros trastornos de los ojos o la retina.

No es necesaria ninguna preparación para realizar una prueba de EP. Durante la prueba, te sentarás frente a una pantalla que tiene un patrón de tablero de ajedrez alternativo. Es posible que te pidan que te cubras un ojo a la vez. Requiere concentración activa, pero es segura y no invasiva.

Si usas anteojos, pregúntale a tu médico con anticipación si debes llevarlos.

El conocimiento médico siempre está avanzando. A medida que la tecnología y nuestro conocimiento de la esclerosis múltiple avanzan, los médicos pueden encontrar nuevas pruebas para hacer que el proceso de diagnóstico de la esclerosis múltiple sea más simple.

Actualmente se está desarrollando un análisis de sangre que será capaz de detectar biomarcadores asociados con la esclerosis múltiple. Aunque esta prueba probablemente no será capaz de diagnosticar la esclerosis múltiple por sí sola, puede ayudar a los médicos a evaluar los factores de riesgo y facilitar un poco el diagnóstico.

La mayoría de las personas que reciben un diagnóstico de esclerosis múltiple tienen entre 20 y 40 años. Sin embargo, un diagnóstico de esclerosis múltiple puede presentarse a cualquier edad, desde la infancia hasta después de los 40 años.

Diagnosticar la esclerosis múltiple actualmente puede ser difícil y llevar mucho tiempo. Sin embargo, los síntomas confirmados con resonancias magnéticas u otros resultados de las pruebas, combinados con la eliminación de otras posibles causas pueden ayudar a aclarar el diagnóstico.

Si experimentas síntomas que se asemejan a la esclerosis múltiple, haz una cita con tu médico. Cuanto antes te diagnostiquen, antes podrás recibir tratamiento, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas.

También puede ser útil hablar con otras personas que están pasando por lo mismo.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 10 de octubre de 2021.

Versión original actualizada el 10 de mayo de 2021.

Última revisión médica realizada el 26 de abril de 2021.