La colitis es una inflamación del colon, también conocido como intestino grueso. Si tienes colitis, sentirás malestar y dolor en el abdomen. Puede ser leve y recurrente durante un período prolongado o grave y repentino.

Existen diferentes tipos de colitis y el tratamiento varía dependiendo del tipo que tengas.

Los tipos de colitis se clasifican por sus causas.

Colitis ulcerosa

La colitis ulcerosa (CU) es una de las dos afecciones clasificadas como enfermedad inflamatoria intestinal. La otra es la enfermedad de Crohn.

La CU es una enfermedad de por vida que produce inflamación y úlceras que sangran dentro del revestimiento interno del intestino grueso. Generalmente comienza en el recto y se disemina al colon.

La CU es el tipo de colitis que se diagnostica con mayor frecuencia. Ocurre cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a las bacterias y otras sustancias en el tracto digestivo, pero los expertos no saben por qué sucede esto. Los tipos comunes de CU incluyen:

  • proctosigmoiditis, que afecta el recto y la parte inferior del colon
  • colitis del lado izquierdo, que afecta el lado izquierdo del colon comenzando en el recto
  • pancolitis, que afecta a todo el intestino grueso

Colitis pseudomembranosa

La colitis pseudomembranosa (CP) se produce por el crecimiento excesivo de la bacteria Clostridium difficile. Este tipo de bacteria normalmente vive en el intestino, pero no causa problemas porque se equilibra con la presencia de las bacterias “buenas”.

Ciertos medicamentos, especialmente los antibióticos, pueden destruir las bacterias saludables. Esto permite que la Clostridium difficile invada el colon, liberando toxinas que causan inflamación.

Colitis isquémica

La colitis isquémica (CI) ocurre cuando el flujo sanguíneo al colon se corta o restringe de manera repentina. Los coágulos de sangre pueden ser un motivo de bloqueo repentino. La aterosclerosis, o acumulación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos que irrigan el colon, suele ser la causa de la CI recurrente.

Este tipo de colitis suele ser el resultado de afecciones subyacentes. Estas pueden incluir:

  • vasculitis, una enfermedad inflamatoria de los vasos sanguíneos
  • diabetes
  • cáncer de colon
  • deshidratación
  • pérdida de sangre
  • insuficiencia cardíaca
  • obstrucción
  • trauma

Si bien es poco frecuente, la CI puede ocurrir como un efecto secundario de tomar ciertos medicamentos.

Colitis microscópica

La colitis microscópica es una afección que un médico solo puede identificar observando una muestra de tejido del colon en un microscopio. Un médico verá señales de inflamación, como los linfocitos, que son un tipo de glóbulo blanco.

En ocasiones, los médicos clasifican la colitis microscópica en dos categorías: colitis linfocítica y colágena. La colitis linfocítica es cuando un médico identifica una cantidad significativa de linfocitos. Sin embargo, los tejidos y el revestimiento del colon no se engrosan de forma anormal.

La colitis colágena ocurre cuando el revestimiento del colon se vuelve más grueso de lo habitual debido a una acumulación de colágeno debajo de la capa más externa de tejido. Existen diferentes teorías sobre cada tipo de colitis microscópica, pero algunos médicos teorizan que ambos tipos de colitis son formas diferentes de la misma enfermedad.

Los médicos no saben exactamente qué causa la colitis microscópica. Sin embargo, saben que algunas personas corren un mayor riesgo de padecer la afección. Entre ellas:

  • fumadores
  • ser del género femenino
  • antecedentes de un trastorno autoinmune
  • ser mayor de 50 años

Los síntomas más comunes de la colitis microscópica son diarrea acuosa crónica, distensión abdominal y dolor abdominal.

Colitis alérgica en bebés

La colitis alérgica es una afección que puede ocurrir en los bebés, generalmente dentro de los primeros dos meses después del nacimiento. La afección puede causar síntomas en los bebés que incluyen reflujo, regurgitación excesiva, irritabilidad y posibles manchas de sangre en las heces.

Los médicos no saben exactamente qué causa la colitis alérgica. Según un estudio de 2013 publicado en World Journal of Gastroenterology, una de las teorías más populares es que los bebés tienen una reacción alérgica o hipersensible a ciertos componentes de la leche materna.

Los médicos suelen recomendar una dieta de eliminación para la mamá en la que lentamente deja de comer ciertos alimentos que se sabe que contribuyen a la colitis alérgica. Por ejemplo, leche de vaca, huevos y trigo. Si el bebé deja de tener síntomas, es probable que estos alimentos sean la causa.

Causas adicionales

Otras causas de colitis incluyen infección por parásitos, virus e intoxicación alimentaria por bacterias. Es posible que la afección también se desarrolle si el intestino grueso ha sido tratado con radiación.

Hay diferentes factores de riesgo asociados con cada tipo de colitis.

Es mayor el riesgo de CU si:

  • tienes entre 15 y 30 años (más común) o entre 60 y 80
  • eres de ascendencia judía o caucásica
  • tienes antecedentes familiares de CU

Es mayor el riesgo de contraer CP si:

  • tomas antibióticos por mucho tiempo
  • estás hospitalizado
  • recibes quimioterapia
  • tomas medicamentos inmunosupresores
  • eres de edad avanzada
  • padeciste CP con anterioridad

Es mayor el riesgo de CI si:

  • tienes más de 50 años
  • tienes o estás en riesgo de padecer una enfermedad cardíaca
  • tienes insuficiencia cardíaca
  • tienes presión arterial baja
  • te has sometido a una operación abdominal

Dependiendo de tu afección, podrías experimentar uno o más de los siguientes síntomas:

  • dolor abdominal o cólicos
  • hinchazón en el abdomen
  • pérdida de peso
  • diarrea con o sin sangre
  • sangre en las heces
  • necesidad urgente de evacuar
  • escalofríos o fiebre
  • vómitos

Si bien todas las personas pueden experimentar diarrea de vez en cuando, consulta a un médico si tienes diarrea que no parece estar relacionada con una infección, fiebre o cualquier alimento contaminado que sepas que hayas comido. Otros síntomas que indican que es hora de ver a un médico incluyen:

  • dolor de articulaciones
  • erupciones que no tienen una causa conocida
  • pequeñas cantidades de sangre en las heces, como heces con ligeras rayas rojas
  • dolor de estómago recurrente
  • pérdida de peso inexplicable

Busca atención médica inmediata si observas una cantidad significativa de sangre en las heces.

Si sientes que algo no está bien con tu estómago, es mejor hablar con tu médico. Escuchar a tu cuerpo es importante para mantenerte bien.

Tu médico puede preguntarte sobre la frecuencia de tus síntomas y cuándo aparecieron por primera vez. Realizará un examen físico completo y utilizará pruebas de diagnóstico como:

  • colonoscopia, que consiste en introducir una cámara en un tubo flexible a través del ano para ver el recto y el colon
  • sigmoidoscopia, que es similar a una colonoscopia, pero muestra solo el recto y el colon inferior
  • muestras de heces
  • imágenes del abdomen como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas
  • ultrasonido, que es útil según el área que se explore
  • enema de bario, una radiografía del colon después de inyectar bario, que ayuda a que las imágenes sean más visibles

Los tratamientos varían dependiendo de ciertos factores como:

  • tipo de colitis
  • edad
  • estado físico general

Reposo intestinal

Limitar lo que comas puede ser útil, especialmente si tienes CI. Es posible que sea necesario recibir líquidos y otros nutrientes por vía intravenosa durante este tiempo.

Medicamentos

Tu médico puede recetar medicamentos antiinflamatorios para tratar la hinchazón y el dolor, y antibióticos para tratar las infecciones. Tu médico también puede tratarte con analgésicos o medicamentos antiespasmódicos.

Cirugía

Si otros tratamientos no funcionan, podría ser necesaria una cirugía para extirpar parte o todo el colon o el recto.

Tu pronóstico depende del tipo de colitis que tengas. La CU puede requerir terapia con medicamentos de por vida, salvo que te sometas a una cirugía. Otros tipos, como la CI, pueden mejorar sin cirugía. La CP generalmente responde bien a los antibióticos, pero puede reaparecer.

En todos los casos, la detección temprana es fundamental para la recuperación. La detección temprana puede ayudar a prevenir otras complicaciones graves. Informa a tu médico sobre cualquier síntoma que estés experimentando.

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