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Nadine Greeff/Stocksy United

He tenido colitis ulcerosa e innumerables brotes durante los últimos 12 años. Durante ese tiempo, me gusta pensar que he probado todo.

Varios medicamentos biológicos, esteroides, procedimientos y dietas, los recuerdo todos cuando pienso en las diferentes opciones de tratamiento que he investigado y probado durante años.

Siempre he escuchado grandes cosas sobre la dieta del protocolo autoinmune, una dieta de eliminación usada para tratar los síntomas de las enfermedades autoinmunes como la colitis ulcerosa, pero nunca pensé que fuera “para mí”.

No fue sino hasta que estuve en medio de un brote interminable de un año que decidí probarla y ver si podía ayudarme a entrar en remisión. Esta es mi experiencia.

La dieta del protocolo autoinmune es similar a la dieta paleo, que se enfoca en eliminar los granos y azúcar refinado. Está diseñada para eliminar los alimentos que pueden desencadenar la autoinmunidad, inflamación y desequilibrios en las bacterias intestinales que ocurren en afecciones como la enfermedad de Hashimoto, el lupus y la enfermedad inflamatoria intestinal, incluyendo la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

La dieta empieza eliminando los alimentos que pueden desencadenar la inflamación y desarrollar autoinmunidad, incluyendo:

  • granos
  • gluten
  • nueces y semillas
  • legumbres
  • solanáceas
  • huevos
  • lácteos
  • azúcar
  • café
  • alcohol
  • aditivos para alimentos y edulcorantes artificiales

Lo que queda es básicamente frutas y verduras, carnes mínimamente procesadas, alimentos fermentados, tés y otros alimentos naturales que no entran en ninguna de las categorías anteriores.

Después de seguir la dieta protocolo autoinmune durante al menos un mes (idealmente más tiempo), los alimentos eliminados se reintroducen gradualmente a la dieta, uno a la vez, para ver cuáles pueden ser tus desencadenantes alimenticios.

Gracias a la colitis ulcerosa, mi cuerpo es increíblemente sensible a todo lo que le introduzco, así que no intentaré nada nuevo con mi dieta a menos que esté respaldado por la ciencia y por datos concretos.

La razón por la que estuve dispuesta a probar la dieta del protocolo autoinmune fue porque descubrí que existen varios estudios de investigación realizados específicamente para determinar si esta dieta fue efectiva para las personas con enfermedad inflamatoria intestinal.

Por ejemplo, un estudio de 2017 en la revista Inflammatory Bowel Diseases determinó que, en las personas con enfermedad inflamatoria intestinal, los indicadores inflamatorios disminuyeron y los síntomas disminuyeron significativamente después de seguir la dieta del protocolo autoinmune.

Estoy saliendo de un brote de colitis ulcerosa de un año, lo que es aproximadamente 49 semanas más de mi brote usual.

Fue un período difícil de mi vida en donde estuve enferma, con dolor agonizante y ningún medicamento recetado por mi médico parecía ponerme en remisión.

Estaba desesperada y probé casi todo, incluyendo acupuntura, hierbas chinas, cinco medicamentos biológicos distintos, dos esteroides y muchos tratamientos de venta libre.

Para explicarlo con más claridad, mi mejor amigo era mi compresa caliente. Imagina eso.

Continué escuchando todo sobre la dieta del protocolo autoinmune en mi círculo de amigos con la enfermedad de Crohn y colitis, así que me entró la curiosidad por conocer más.

Soy una gran creyente en que el poder de los alimentos sana el cuerpo. En ese punto, casi no estaba comiendo nada, así que la dieta de eliminación no podía ser difícil para mí. Investigué cuidadosamente el protocolo y decidí seguirlo.

Para mí, la parte más difícil fue seguir el protocolo durante las primeras dos semanas. Fue más desafiante de lo que pensé y luché por permanecer en ella más de lo que pensé.

Sin embargo, empecé a encontrar bocadillos que me gustaban y recetas que disfrutaba preparar, eventualmente tomé el ritmo que funcionaba para mí.

Seamos honestos, comer en un restaurante es desafiante con la enfermedad inflamatoria intestinal, de por sí, pero el protocolo autoinmune lo hace más desafiante. La mayoría del tiempo, no comía en restaurantes y elegía cocinar en casa.

No es para siempre y creo que valió la pena sacrificar algunas comidas por mi salud general. Además, ahorré algo de dinero comiendo en casa, así que fue beneficioso en todo sentido.

Una cosa que realmente me ayudó fue llenar mis gabinetes con alimentos e ingredientes aprobados para el protocolo autoinmune antes de empezar con el protocolo. Si hubiera tenido que tomar una decisión después de empezar con el protocolo autoinmune, nunca lo hubiera hecho, o hubiera colapsado en el supermercado.

Al hacerlo con anticipación, tuve todo lo que necesitaba cuando tenía hambre o ya estaba lista para preparar la cena.

Deseo empezar diciendo que el protocolo autoinmune no es una dieta milagrosa. Se debe ser constante durante mucho tiempo para obtener los efectos completos. Después de aproximadamente la cuarta semana con la dieta del protocolo autoinmune, realmente empecé a notar una diferencia.

Antes de seguir la dieta del protocolo autoinmune, se me inflamaba el estómago con todo lo que comía y por casi todo el resto del día. Tenía problemas para dormir, lo que es algo con lo que nunca tuve problemas en mi vida. Ahora, puedo dormir toda la noche y me siento descansada en la mañana.

También corría al baño varias veces durante el día sin un posible alivio. Con el protocolo autoinmune, tuve mucha menos urgencia de ir al baño. La urgencia y correr al baño no desaparecieron por completo, pero sí se redujo la cantidad de veces significativamente.

En general, mi calidad de vida mejoró considerablemente después de la cuarta semana de seguir consistentemente la dieta del protocolo autoinmune.

Considero que es importante indicar que, en ese momento, también tomaba una dosis alta de prednisona y Stelara, un medicamento biológico usado para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal. Este no era un plan de tratamiento solo de alimentos, sino una combinación de medicina tradicional y eliminación dietética.

Después de un objetivo de 5 años, empecé a reintroducir alimentos y me di cuenta que, todavía tenía sensibilidad al maíz. Me inflamaba casi de inmediato después de comer arepa hecha en casa, que solo se prepara con agua, maíz y un poco de sal.

Por otro lado, respondí bien a las almendras y al chocolate.

Además de estas tres reintroducciones, empecé a relajar la dieta más y más y reintroduje todos los otros alimentos desencadenantes al mismo tiempo. Eso significa que no podría saber qué alimentos todavía eran desencadenantes para mí.

Se debe considerar que los expertos recomiendan reintroducir un alimento a la vez, con unos días de diferencia entre cada reintroducción. De esta manera, puedes identificar qué alimentos específicos pueden causar síntomas.

Si tuviera que volver a hacerlo, sería más paciente en la fase de reintroducción e introduciría lentamente cada posible alimento desencadenante.

En general, recomiendo especialmente la dieta del protocolo autoinmune a cualquier persona que tenga problemas con la inflamación causada por una enfermedad autoinmune.

Seguir la dieta del protocolo autoinmune puede ser desafiante al principio, pero un poco de trabajo de preparación anticipado significará mucho.

Si decides probarla, recomiendo ser paciente y tomarte el tiempo para llevar a cabo las fases de eliminación y reintroducción adecuadamente. Si elijo volver a hacer la fase de eliminación en el futuro, me aseguraré de ir más despacio en las reintroducciones para saber qué alimentos todavía son desencadenantes para mí.

Trabajar con un nutricionista registrado u otro médico que se especialice en enfermedades autoinmunes es una buena idea para las personas interesadas en protocolo autoinmune. El médico puede proporcionarte consejos, responder preguntas y asegurarte de que la dieta es segura y adecuada para tus necesidades específicas y salud general.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 24 de julio de 2021.

Versión original en inglés escrita el 21 de octubre de 2020.

Última revisión médica en inglés realizada el 21 de octubre de 2020.