El dolor de hígado puede presentarse de varias formas. La mayoría de las personas lo sienten como una molestia, una sensación palpitante en la parte superior derecha del abdomen.

El dolor de hígado también puede experimentarse como una sensación punzante que te deja sin aliento.

A veces, este dolor está acompañado de hinchazón y, en ocasiones, se siente que el dolor se irradia hacia la espalda o en el omóplato derecho.

El hígado convierte los nutrientes de los alimentos en elementos que necesitamos para que nuestro cuerpo desempeñe sus funciones correctamente. El hígado también es un órgano desintoxicante.

Cuando sientes un dolor que proviene del hígado, es una señal de que algo está sucediendo en tu cuerpo que debe tratarse.

Las posibles causas y afecciones asociadas incluyen:

  • consumo excesivo de alcohol
  • hepatitis
  • enfermedad del hígado graso no alcohólico
  • cirrosis
  • síndrome de Reye
  • hemocromatosis
  • cáncer de hígado

La enfermedad hepática no es una afección poco común. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), alrededor de 3.9 millones de adultos en Estados Unidos son diagnosticados con una enfermedad hepática.

La hepatitis, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, en inglés) y el consumo excesivo de alcohol son las causas más comunes de los problemas hepáticos.

El dolor de hígado también puede indicar cirrosis, síndrome de Reye, cáncer de hígado y hemocromatosis.

A veces, el dolor que se focaliza en la misma área general del hígado en realidad es causado por problemas en la vesícula biliar, el páncreas o los riñones.

Aún estamos aprendiendo sobre las enfermedades del hígado, incluyendo qué las desencadena y cómo tratarlas mejor. Pero si el dolor persiste sin un diagnóstico, no podrás beneficiarte de ninguna de las nuevas investigaciones o métodos de tratamiento disponibles.

Es importante hablar con tu médico para determinar qué está causando el dolor en el hígado.

Cuando hay algún tipo de problema en el hígado, hay síntomas que tienden a acompañar al dolor.

El trabajo del hígado es desintoxicar y ayudar a eliminar los desechos, así como convertir los alimentos en elementos nutricionales que el cuerpo necesita. Si el hígado está afectado por cualquier tipo de enfermedad, esos procesos no se están realizando de manera eficiente.

Eso significa que el cuerpo reaccionará mostrando señales de toxicidad.

Los síntomas asociados de dolor de hígado pueden incluir:

  • fatiga
  • coloración amarillenta de la piel o en el blanco de los ojos
  • orina de color marrón oscuro
  • hinchazón en los tobillos o piernas
  • picazón en la piel
  • pérdida de apetito

Remedios

Si experimentas dolor de hígado por la mañana después de una comida pesada o luego de ingerir alcohol, bebe mucha agua.

Trata de evitar alimentos altos en grasas o pesados durante unos días y siéntate derecho para aliviar la presión del hígado.

Si el dolor persiste durante más de varias horas, es importante que programes una cita con tu médico.

Si experimentas náusea, mareos o alucinaciones junto con dolor de hígado, es posible que necesites atención de emergencia.

Cambios en la dieta y el estilo de vida

El tratamiento para el dolor de hígado dependerá de la causa. El tratamiento de tu enfermedad hepática probablemente comenzará por abordar lo que comes y bebes.

El hígado es uno de los pocos órganos del cuerpo que tiene la capacidad de repararse y regenerarse.

Investigaciones en hígados de ratones han demostrado que una dieta demasiado baja en proteínas provoca una disminución significativa en el volumen del hígado, pero una vez que se agrega la proteína adecuada a la dieta, es posible revertir el daño hepático.

Otros cambios en el estilo de vida, como perder peso y reducir los niveles de colesterol, son otras primeras líneas de defensa cuando se trata de tratar la causa del dolor de hígado.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico se controla casi exclusivamente modificando la dieta y rutina de ejercicios.

Medicamentos

Es posible que te veas tentado a tomar un analgésico de venta libre, como el paracetamol, cuando sientes dolor de hígado. Sin embargo, no es recomendable hacerlo.

El trabajo del hígado es filtrar las toxinas, y si tomas paracetamol solo afectarás más al sistema, ya que este medicamento puede dañar el hígado.

Si tu problema en el hígado es grave, tomar analgésicos que tengas en casa podría empeorar la enfermedad.

Una vez que se haya diagnosticado tu enfermedad hepática, probablemente te receten medicamentos para controlar la afección y aliviar el dolor.

Hay medicamentos antivirales contra la hepatitis B para el tratamiento de enfermedades crónicas, como lamivudina (Epivir) y adefovir (Hepsera).

En los últimos años, los investigadores han descubierto que varios cursos de un antiviral llamado Harvoni (ledipasvir/sofosbuvir) pueden hacer que el virus de la hepatitis C no pueda detectarse fácilmente en el torrente sanguíneo.

Control del cáncer de hígado

Si el dolor de hígado es causado por cáncer hepático, el médico indicará cuál es la mejor forma de detener la propagación del cáncer.

Lo más probable es que sea necesaria una remisión a un oncólogo y un tratamiento rápido, ya que, según el tipo, el cáncer de hígado puede ser agresivo y propagarse rápidamente.

En algunos casos, será imposible revertir el daño al hígado causado por la hepatitis, el acetaminofeno o paracetamol u otra exposición a toxinas, el cáncer o el consumo de alcohol. En esos casos, el médico puede recomendar un trasplante de hígado como la mejor opción de tratamiento.

Cuando visites a tu médico por dolor de hígado, harán una inspección visual de tu abdomen.

Tu médico buscará inflamación en el área del hígado y te hará varias preguntas sobre tu estilo de vida y la naturaleza de tu dolor. Es probable que necesites un análisis de sangre para verificar si tu hígado está funcionando correctamente.

Podrían realizarte un ultrasonido, una resonancia magnética o una tomografía computarizada para verificar si hay tumores o quistes en el hígado.

También es posible que te realicen una prueba llamada biopsia estereotáctica de hígado. En esta prueba, el médico usa una aguja larga y delgada para extraer un pequeño trozo de tejido del hígado con la ayuda de una guía de imágenes radiográficas.

La elastografía transitoria es un tipo especial de prueba de ultrasonido que verifica la rigidez del hígado para buscar cicatrices o fibrosis. Tu médico puede remitirte a un especialista, ya sea un gastroenterólogo o un hepatólogo, para una evaluación más exhaustiva.

La atención médica adecuada a tiempo, modificar la dieta y el estilo de vida y el cuidado consciente del cuerpo puede hacer que la mayoría de las enfermedades hepáticas se puedan controlar de manera efectiva, incluso curar por completo.

El dolor de hígado a menudo indica un problema grave en el cuerpo. No es algo que deba ignorarse o posponerse.

Habla con tu médico si tienes dolor de hígado para determinar el curso de acción apropiado.

Lee el artículo en inglés.