La colitis ulcerosa (CU) es un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). La EII comprende un grupo de enfermedades que afectan el tracto gastrointestinal.

La CU ocurre cuando el revestimiento del intestino grueso (también llamado colon), el recto o ambos resultan inflamados.

Esta inflamación produce pequeñas llagas llamadas úlceras en el revestimiento del colon. Suele comenzar en la zona del recto y se extiende hacia arriba. Puede afectar todo el colon.

La inflamación hace que el intestino mueva su contenido rápidamente y se vacíe con frecuencia. Se produce una formación de úlceras a medida que las células de la superficie del revestimiento del intestino mueren. Las úlceras pueden causar sangrado y secreción de mucosidad y pus.

Si bien esta enfermedad afecta a personas de todas las edades, la mayoría recibe el diagnóstico entre los 15 y los 35 años. Después de los 50 años, se observa otro pequeño aumento en el diagnóstico de esta enfermedad, generalmente en hombres.

La gravedad de los síntomas de la CU varía entre las personas afectadas. Los síntomas también pueden cambiar con el tiempo.

Las personas diagnosticadas con CU pueden experimentar períodos de síntomas leves o ningún síntoma en absoluto. A esto se le llama remisión. Sin embargo, los síntomas pueden reaparecer y ser graves. A esto se le llama brote.

Los síntomas comunes de la CU incluyen:

  • dolor abdominal
  • aumento de los ruidos abdominales
  • heces con sangre
  • diarrea
  • fiebre
  • dolor en el recto
  • pérdida de peso
  • desnutrición

La CU puede causar afecciones adicionales, como:

  • dolor de articulaciones
  • inflamación de la articulación
  • náuseas y reducción del apetito
  • problemas de la piel
  • llagas bucales
  • inflamación ocular

Los investigadores creen que la CU puede ser el resultado de un sistema inmunitario hiperactivo. Sin embargo, no está claro por qué algunos sistemas inmunitarios responden atacando al intestino grueso y no a otros órganos.

Los factores que pueden influir en quién desarrolla CU incluyen:

  • Genes. Es posible heredar un gen de uno de tus padres que aumente las posibilidades de que lo desarrolles.
  • Otros trastornos inmunitarios. Si tienes un tipo de trastorno inmunitario, tu probabilidad de desarrollar un segundo es mayor.
  • Factores ambientales. Las bacterias, los virus y los antígenos pueden activar tu sistema inmunitario.

Diferentes pruebas pueden ayudar a tu médico a diagnosticar la CU. Este trastorno imita otras afecciones intestinales como la enfermedad de Crohn. Tu médico realizará varias pruebas para descartar otras afecciones.

Las pruebas para diagnosticar la CU suelen incluir:

  • Análisis de heces. Un médico examina tus heces para buscar ciertos marcadores inflamatorios, sangre, bacterias y parásitos.
  • Endoscopia. Un médico usa un tubo flexible para examinar tu estómago, esófago e intestino delgado.
  • Colonoscopia. Esta prueba de diagnóstico implica la inserción de un tubo largo y flexible en el recto para examinar el interior del colon.
  • Biopsia. Un cirujano extrae una muestra de tejido del colon para analizarla.
  • Tomografía computarizada. Esta es una radiografía especializada del abdomen y pelvis.

Los análisis de sangre suelen ser útiles en el diagnóstico de CU. Un recuento hematológico completo busca señales de anemia (recuento hematológico bajo). Otras pruebas indican inflamación, como un alto nivel de proteína C reactiva y una alta velocidad de sedimentación. Tu médico también puede ordenar pruebas de anticuerpos especializadas.

La CU es una afección crónica. El objetivo del tratamiento es reducir la inflamación que causa sus síntomas para que pueda prevenir los brotes y tener períodos más prolongados de remisión.

Medicamentos

El medicamento que necesites tomar dependerá de ti y de la gravedad de tus síntomas.

Para los síntomas leves, tu médico puede recetarte un medicamento para reducir la inflamación y la hinchazón. Esto ayudará a aliviar muchos síntomas.

Estos tipos de medicamentos incluyen:

  • mesalamina (Asacol y Lialda)
  • sulfasalazina (Azulfidine)
  • balsalazida (Colazal)
  • olsalazina (Dipentum)
  • 5-aminosalicilatos (5-ASA)

Algunas personas pueden necesitar corticosteroides para ayudar a reducir la inflamación, pero estos pueden tener efectos adversos, por lo que los médicos tratan de limitar su uso. Si hay una infección, es posible que necesites antibióticos.

Si tienes síntomas de moderados a graves, un médico puede recetarte un tipo de medicamento conocido como biológico. Los biológicos son medicamentos de anticuerpos que ayudan a bloquear la inflamación. Tomar estos puede ayudar a prevenir un brote de síntomas.

Las opciones efectivas para la mayoría de las personas incluyen:

  • infliximab (Remicade)
  • vedolizumab (Entyvio)
  • ustekinumab (Stelara)
  • tofacitinib (Xeljanz)

Un médico también puede recetarte un inmunomodulador. Estos cambian la forma de funcionamiento del sistema inmunitario. Los ejemplos incluyen metotrexato, 5-ASA y tiopurina. Sin embargo, las directrices actuales no los recomiendan como un tratamiento independiente.

En 2018, la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de tofacitinib (Xeljanz) como tratamiento para la CU. Inicialmente este medicamento se utilizaba para tratar la artritis reumatoide, el cual ataca las células responsables de la inflamación. Es el primer medicamento por vía oral aprobado para el tratamiento prolongado de la CU.

Hospitalización

Si tus síntomas son graves, deberás ser hospitalizado para corregir los efectos de la deshidratación y la pérdida de electrolitos que causa la diarrea. También es posible que deban hacer una transfusión de sangre y tratar cualquier otra complicación.

Los investigadores continúan buscando nuevos tratamientos cada año.

La cirugía es necesaria si experimentas una gran pérdida de sangre, síntomas crónicos y debilitantes, perforación del colon o una obstrucción grave. Una tomografía computarizada o una colonoscopia pueden detectar estos problemas graves.

La cirugía implica la extirpación del colon completo con la creación de una nueva vía para los desechos. Esta vía puede salir a través de una pequeña abertura en la pared abdominal o redirigirse hacia el extremo del recto.

Para redirigir los desechos a través de la pared abdominal, el cirujano hará una pequeña abertura en la pared. La punta de la parte inferior del intestino delgado, o el íleon, se lleva a la superficie de la piel. Los desechos se expulsarán a través de la abertura hacia una bolsa.

Si los desechos pueden ser redirigidos a través del recto, el cirujano extirpa la parte enferma del colon y recto, pero retiene los músculos externos del recto. Luego, el cirujano une el intestino delgado al recto para formar una pequeña bolsa.

Después de esta cirugía, será posible evacuar las heces por el recto. Las deposiciones serán más frecuentes y líquidas de lo normal.

Una de cada cinco personas con CU requerirá cirugía en su vida. Lee más sobre cada una de las opciones quirúrgicas y sus efectos a largo plazo.

Algunos de los medicamentos recetados para tratar la CU pueden tener efectos secundarios graves. Si los tratamientos tradicionales no se toleran bien, algunas personas recurren a remedios naturales para controlar la CU.

Los remedios naturales que pueden ayudar a tratar la CU incluyen:

  • Boswellia. Esta hierba se encuentra en la resina debajo de la corteza del árbol Boswellia serrata, y las investigaciones sugieren que detiene algunas de las reacciones químicas en el cuerpo que pueden causar inflamación.
  • Bromelina. Estas enzimas se encuentran naturalmente en las piñas, pero también se venden como suplementos. Pueden aliviar los síntomas de la CU y reducir los brotes.
  • Probióticos. Sus intestinos y estómago albergan miles de millones de bacterias. Cuando las bacterias están sanas, el cuerpo está mejor preparado para disminuir la inflamación y los síntomas de la CU. Comer alimentos con probióticos o tomar suplementos probióticos puede ayudar a mejorar la salud de la flora microbiana en el intestino.
  • Psyllium. Este suplemento de fibra puede ayudar a mantener regulares las deposiciones. Esto puede aliviar los síntomas, prevenir el estreñimiento y facilitar la eliminación de desechos. Sin embargo, muchas personas con EII pueden experimentar un empeoramiento de los calambres abdominales, los gases y la hinchazón cuando consumen fibra durante un brote.
  • Cúrcuma. Esta especia de color amarillo dorado está repleta de curcumina, un antioxidante que se ha demostrado que reduce la inflamación.

Se pueden utilizar muchos remedios naturales junto con otros tratamientos para la CU.

No existe una dieta específica para la CU. Cada persona reacciona a la comida y la bebida de manera diferente. Sin embargo, ciertas reglas generales pueden ser útiles para las personas que intentan evitar un brote:

  • Sigue una dieta baja en grasas. No está claro por qué una dieta baja en grasas es beneficiosa, pero se sabe que los alimentos con alto contenido de grasas suelen causar diarrea, especialmente en personas con EII. Comer más alimentos bajos en grasa puede retrasar los brotes. Cuando comas grasas, elige opciones más saludables como el aceite de oliva y los ácidos grasos omega-3.
  • Consume más vitamina C. Esta vitamina puede tener un efecto protector en los intestinos y los ayuda a sanar o recuperarse más rápido después de un brote. Las personas que siguen dietas ricas en vitamina C tienen períodos prolongados de remisión de la CU. Los alimentos ricos en vitamina C incluyen perejil, pimientos, espinacas y bayas.
  • Come más fibra. Durante un brote, la fibra voluminosa y de movimiento lento es lo último que quisieras en tus intestinos. Sin embargo, durante la remisión, la fibra puede ayudarte a mantenerte regular. También puede mejorar la facilidad con la que puedes evacuar durante las deposiciones.

Lleva un diario de alimentos

Crear un diario de alimentos es una forma inteligente de comenzar a comprender qué alimentos te causan problemas. Durante varias semanas, presta atención a lo que comes y cómo te sientes en las horas posteriores. Registra los detalles de las deposiciones o cualquier síntoma que puedas experimentar.

En ese lapso de tiempo, es probable que puedas detectar tendencias entre el malestar o el dolor de estómago y ciertos alimentos problemáticos. Intenta eliminar esos alimentos para ver si los síntomas mejoran.

Es probable que puedas controlar los síntomas leves de la CU si evitas los alimentos que alteran tu tracto gastrointestinal.

La CU y la enfermedad de Crohn son las formas más comunes de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Se cree que ambas enfermedades son el resultado de un sistema inmunitario hiperactivo.

También comparten muchos síntomas, que incluyen:

  • cólicos
  • dolor abdominal
  • diarrea
  • fatiga

Sin embargo, la CU y la enfermedad de Crohn tienen claras diferencias.

Ubicación

Estas dos enfermedades afectan diferentes secciones del tracto gastrointestinal (GI).

La enfermedad de Crohn podría afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano. Se encuentra con mayor frecuencia en el intestino delgado. La CU impacta solo el colon y el recto.

Respuesta al tratamiento

Se recetan medicamentos similares para tratar ambas afecciones. La cirugía también es una opción de tratamiento. Es un último recurso para ambas afecciones, pero en realidad puede ser una cura para la CU, mientras que es solo una terapia temporal para la enfermedad de Crohn.

Las dos enfermedades son similares. Comprender las diferencias clave entre la CU y la enfermedad de Crohn puede ayudarte a obtener un diagnóstico apropiado.

Actualmente, no existe una cura para la CU que no requiera cirugía. Los tratamientos para la enfermedad inflamatoria pretenden extender los períodos de remisión y hacer que los brotes sean menos graves.

Para las personas con CU grave, la cirugía curativa es un posible tratamiento. La extirpación de todo el intestino grueso (colectomía total) pondrá fin a los síntomas de la enfermedad.

Este procedimiento requiere que el médico cree una bolsa en el exterior del cuerpo donde puedan vaciarse los desechos. Esta bolsa puede inflamarse y causar efectos secundarios.

Por tal razón, algunas personas optan por someterse solo a una colectomía parcial. En esta cirugía, los médicos extirpan solo las partes del colon afectadas por la enfermedad.

Si bien estas cirugías pueden ayudar a aliviar o acabar con los síntomas de la CU, tienen efectos adversos y posibles complicaciones a largo plazo.

Una colonoscopia es una prueba que los médicos pueden usar para diagnosticar la CU. También pueden usar la prueba para determinar la gravedad de la enfermedad y detectar el cáncer colorrectal.

Antes del procedimiento, es probable que tu médico te indique que reduzcas los alimentos sólidos y cambies a una dieta únicamente líquida y luego ayunes durante un tiempo antes del procedimiento.

La preparación típica para una colonoscopia también implica tomar un laxante la noche anterior a la prueba. Esto ayuda a eliminar cualquier residuo que quede en el colon y el recto. Los médicos pueden examinar un colon limpio con mayor facilidad.

Durante el procedimiento, te acostarás de costado. Tu médico te dará un sedante para ayudarte a que te relajes y prevenir cualquier molestia.

Una vez que el medicamento surta efecto, el médico insertará un endoscopio con luz llamado colonoscopio en el ano. Este dispositivo es largo y flexible, por lo que puede moverse fácilmente a través del tracto gastrointestinal. El colonoscopio también tiene una cámara adherida para que tu médico pueda ver el interior del colon.

Durante el examen, el médico buscará señales de inflamación. Comprobarán si hay un crecimiento precanceroso llamado pólipos. El médico también puede extraer un pequeño trozo de tejido, un procedimiento llamado biopsia. El tejido se puede enviar a un laboratorio para un examen más detallado.

Si te han diagnosticado CU, tu médico puede realizar colonoscopias periódicas para controlar la inflamación, el daño a tus intestinos y el progreso de la curación.

Una colonoscopia también es una herramienta importante para detectar el cáncer colorrectal. Descubre por qué eso es tan importante para las personas a las que se les ha diagnosticado CU.

El término colitis se refiere a la inflamación del revestimiento interno del intestino grueso (colon). La colitis causa síntomas como dolor y calambres abdominales, distensión abdominal y diarrea.

Un colon inflamado puede ser causado por varias afecciones. La CU es una posible causa. Otras posibles causas de colitis incluyen infección, reacción a ciertos medicamentos, enfermedad de Crohn o una reacción alérgica.

Para diagnosticar la causa de la colitis, el médico realizará una serie de pruebas. Estas pruebas le ayudarán a comprender qué otros síntomas estás experimentando y descartar enfermedades en función de lo que no estás experimentando.

El tratamiento para la colitis dependerá de la causa subyacente y de otros síntomas que tengas.

No, la CU no es contagiosa.

Sin embargo, algunas causas de colitis o inflamación en el intestino grueso pueden ser contagiosas. Lo anterior incluye la inflamación causada por bacterias y virus.

Sin embargo, la CU no se debe a nada que se pueda compartir con otra persona.

Según la Fundación de Crohn y Colitis (Crohn’s and Colitis Foundation), 1 de cada 10 personas menores de 18 años es diagnosticada con EII. De hecho, la mayoría de las personas diagnosticadas con la enfermedad serán menores de 30 años. Para los niños con CU, es más probable que se les diagnostique después de los 10 años.

Los síntomas en los niños son similares a los síntomas en las personas mayores. Los niños pueden experimentar diarrea con sangre, dolor de estómago, calambres abdominales y fatiga.

Además, pueden experimentar problemas agravados por la afección. Estos síntomas incluyen:

  • anemia debido a la pérdida de sangre
  • desnutrición por la mala alimentación
  • pérdida inexplicable de peso

La CU puede tener un impacto significativo en la vida de un niño, especialmente si la afección no se trata ni se maneja adecuadamente. Los tratamientos para niños son más limitados debido a posibles complicaciones. Por ejemplo, los enemas medicados casi nunca se usan con niños.

Sin embargo, a los niños con CU se les pueden recetar medicamentos que reducen la inflamación y previenen los ataques del sistema inmunitario en el colon. Para algunos niños, puede ser necesaria una cirugía para controlar los síntomas.

Si tu hijo ha sido diagnosticado con CU, es importante que trabajes en estrecha colaboración con su médico para encontrar tratamientos y cambios en el estilo de vida que puedan ayudar a tu hijo.

La CU aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Cuanto más tiempo se tenga la enfermedad, mayor será el riesgo de desarrollar este cáncer.

Debido a este mayor riesgo, el médico te realizará una colonoscopia e indicará si tienes cáncer al recibir tu diagnóstico.

Las pruebas de detección regulares ayudan a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Una vez recibido el diagnóstico, se recomienda repetir las pruebas de detección cada uno a tres años. Las pruebas de seguimiento pueden detectar las células precancerosas de manera temprana.

Otras complicaciones de la CU incluyen:

  • engrosamiento de la pared intestinal
  • sepsis o infección de la sangre
  • deshidratación severa
  • megacolon tóxico o un colon que se hincha rápidamente
  • enfermedad del hígado (poco común)
  • sangrado intestinal
  • cálculos renales
  • inflamación de la piel, las articulaciones y los ojos
  • ruptura del colon
  • espondilitis anquilosante, que implica la inflamación de las articulaciones entre los huesos de la columna

La mayoría de las personas con CU no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Sin embargo, cerca del 12% con la enfermedad tiene un familiar que la padece.

La CU puede desarrollarse en una persona de cualquier raza, pero es más común en personas blancas. Si eres un judío asquenazi, tienes más posibilidades de desarrollar la enfermedad que la mayoría de los otros grupos.

Algunos estudios muestran un posible vínculo entre el uso del medicamento isotretinoína (Accutane, Amnesteem, Claravis o Sotret) y CU. La isotretinoína trata el acné quístico.

Si decides no tratar la CU, aumenta tu riesgo de sufrir algunas complicaciones graves.

No hay evidencia sólida que indique que lo que comes afecte a la CU. Puedes encontrar que ciertos alimentos agravan los síntomas cuando tienes un brote.

Las prácticas que pueden ayudar incluyen:

  • beber pequeñas cantidades de agua durante todo el día
  • comer porciones más pequeñas durante el día
  • limitar la ingesta de alimentos ricos en fibra
  • evitar alimentos grasos
  • reducir tu consumo de leche si eres intolerante a la lactosa

Además, pregunta a tu médico si debes tomar un multivitamínico.

La única cura para la CU es la extirpación de todo el colon y el recto. Tu médico generalmente comenzará con terapia médica, a menos que inicialmente tengas una complicación grave que requiera cirugía. A algunos puede irles bien con la terapia no quirúrgica, pero muchos eventualmente requerirán cirugía.

Si tienes esta enfermedad, tu médico deberá controlarla y deberá seguir cuidadosamente tu plan de tratamiento durante toda tu vida.

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