Si recientemente has dado positivo en la prueba de VIH, es normal que tengas preguntas sobre cómo afectará el diagnóstico tu vida cotidiana. La buena noticia es que el tratamiento con fármacos modernos para el VIH ha mejorado mucho en las últimas décadas. Es posible controlar la enfermedad con un impacto mínimo en tu rutina diaria.

Lleva esta práctica guía de diálogo la próxima vez que visites a tu médico. Hacerle estas preguntas te ayudará a conocer las mejores formas de mantenerte sano cuando vives con VIH.

La terapia antirretroviral puede disminuir considerablemente la progresión del VIH. También puede fortalecer el sistema inmunitario y reducir en gran medida el riesgo de transmitir el VIH a otras personas. La terapia antirretroviral suele implicar que tomes varios medicamentos al día. Este tratamiento suele denominarse régimen para el VIH.

Decidir el régimen es el primer paso en el camino del tratamiento. Los medicamentos para el VIH se dividen en siete clases, en función de cómo combaten el VIH. Pregúntale a tu médico qué medicamentos podrían funcionar mejor para tu régimen.

Es una buena idea hablar sobre los posibles riesgos para la salud de la terapia antirretroviral con tu médico antes de comenzar el tratamiento. Ciertos medicamentos para el VIH pueden interactuar con otros, y podrían causar una serie de efectos secundarios. La mayoría de estos efectos secundarios suelen ser leves, como dolores de cabeza y mareos. Sin embargo, a veces pueden ser más graves e incluso poner en peligro la vida.

También existe el riesgo de que los medicamentos para el VIH interactúen con otros medicamentos y vitaminas. Asegúrate de informar a tu médico si has empezado a tomar recientemente un nuevo medicamento o suplemento.

Es importante ser diligente a la hora de tomar la medicación todos los días y exactamente como se ha recetado para que el régimen de tratamiento funcione correctamente. Es útil que preguntes a tu médico sobre las estrategias para que puedas cumplir con tu plan de tratamiento. Algunos consejos comunes incluyen usar un calendario específico, o configurar un recordatorio diario en tu teléfono.

Saltarse las dosis de la medicación, o tomarla solo ocasionalmente, aumenta el riesgo de resistencia a los medicamentos. Esto reducirá la eficacia de los medicamentos y puede hacer que la afección empeore.

Se recomienda que las personas que viven con VIH visiten a un profesional de salud cada 3 ó 6 meses para realizar pruebas de laboratorio y una consulta general sobre cómo va el tratamiento. Pero es algo común programar visitas más frecuentes, especialmente durante los dos primeros años de tratamiento.

Habla con tu médico sobre el tipo de programa de control recomendable para ti. Y trabaja con él para crear un plan para el próximo año. Una vez que hayas tomado un régimen diario estable contra el VIH, y hayas tenido una carga viral suprimida de forma constante durante 2 años de terapia antirretroviral, la frecuencia de tus pruebas de laboratorio suele reducirse a dos veces al año.

Una vez que empieces a tomar la medicación, mantener una dieta equilibrada y un estilo de vida activo puede contribuir al éxito de tu tratamiento. No hay una dieta especial para las personas que viven con VIH. Sin embargo, dado que el sistema inmunitario se esfuerza por combatir las infecciones, algunas personas que viven con VIH descubren que necesitan consumir más calorías. Por otra parte, para aquellos con sobrepeso, el médico puede recomendarles que ajusten sus hábitos alimentarios para ayudarlos a perder peso.

En general, una dieta equilibrada incluye cantidades limitadas de proteínas y grasas, y una gran cantidad de:

  • frutas
  • vegetales
  • carbohidratos almidonados

Si no estás seguro de cuál es la mejor manera de planificar comidas saludables, tu médico puede aconsejarte o remitirte a un dietista.

Algunas personas que viven con VIH pueden experimentar pérdida muscular, pero el ejercicio regular puede preservar o fortalecer los músculos. Los tres tipos principales de ejercicio son:

  • aeróbicos
  • entrenamiento de resistencia o de fortalecimiento
  • entrenamiento de flexibilidad

Trabaja con tu médico para desarrollar una rutina de ejercicios regular que se adapte a las necesidades de tu cuerpo.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que los adultos realicen al menos dos horas y media de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada cada semana, que pueden incluir actividades como caminar, bailar y trabajar en el jardín. Los CDC también sugieren realizar un entrenamiento de resistencia al menos dos veces por semana, en días no consecutivos. Asegúrate de consultar a tu médico antes de probar cualquier ejercicio nuevo para evitar excederte.

Hablar del VIH con tu círculo social puede resultar difícil y emotivo, pero eso no significa que tus relaciones con las personas que quieres vayan a cambiar a largo plazo. Tu médico puede aconsejarte sobre la mejor manera de hablar de tu estado serológico con otras personas. Es importante que las personas diagnosticadas con el VIH informen a sus parejas sexuales actuales o anteriores sobre el diagnóstico. Hablar con familiares y amigos de confianza puede ayudarte a construir tu sistema de apoyo personal.

Tu médico también puede remitirte a servicios de apoyo como asesoramiento en salud mental. Esto puede ser útil para las personas que quieren hablar con alguien imparcial sobre cómo se sienten al vivir con VIH.

Las personas con la afección pueden mantener relaciones sexuales saludables con parejas que son VIH negativas. Los tratamientos modernos contra el VIH son tan eficaces que el riesgo de transmisión del virus puede ser mínimo.

Una pareja que no tiene VIH podría considerar la posibilidad de tomar la medicación de profilaxis previa a la exposición (PrEP) para reducir aún más su riesgo de contraer el VIH. Habla con tu médico sobre las mejores formas de mantener tu seguridad y la de tu pareja.

Recuerda que cuando se trata de tu salud, toda pregunta es buena. Habla con tu médico sobre cualquier duda que tengas sobre cómo mantener tu rutina diaria y tu plan de tratamiento.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 21 de febrero de 2022.

Versión original actualizada el 25 de abril de 2020.

Última revisión médica realizada el 5 de julio de 2018.