En algún momento entre cinco días y dos semanas antes de que comience tu periodo, puedes experimentar síntomas que te avisan que está por venir. Estos síntomas se conocen como síndrome premenstrual (SPM).

Más del 90 por ciento de las mujeres experimentan algún tipo de SPM. Para la mayoría, los síntomas del síndrome premenstrual son leves, pero otras tienen síntomas lo suficientemente graves como para interrumpir las actividades diarias.

Si tienes síntomas de síndrome premenstrual que interfieren con tu capacidad para trabajar, ir a la escuela o disfrutar de tu día, debes hablar con tu médico.

Por lo general, el síndrome premenstrual desaparece a los pocos días de la menstruación. Las siguientes son las 10 señales más comunes que te permiten saber que tu periodo está por comenzar.

Los cólicos abdominales o menstruales también se conocen como dismenorrea primaria. Estos son síntomas comunes de SPM.

Los cólicos abdominales pueden comenzar en los días previos a tu periodo y durar varios días o más después de que comience. La intensidad de los cólicos puede variar, desde dolores sordos y leves hasta dolores extremos que te impiden participar en tus actividades habituales.

Los cólicos menstruales se sienten en la parte inferior del abdomen. La sensación de dolor y los cólicos también puede irradiarse hacia la parte baja de la espalda y la parte superior de los muslos.

Las contracciones uterinas causan cólicos menstruales. Estas contracciones ayudan a eliminar el recubrimiento interno del útero (endometrio) cuando no se produce un embarazo.

Estas contracciones se desencadenan por la producción de lípidos similares a las hormonas llamadas prostaglandinas. Aunque estos lípidos causan inflamación, también ayudan a regular la ovulación y la menstruación.

Algunas mujeres experimentan cólicos más intensos cuando su flujo menstrual es más pesado.

Algunas afecciones médicas pueden empeorar los cólicos. Entre ellos:

  • endometriosis
  • estenosis cervical
  • adenomiosis
  • enfermedad pélvica inflamatoria
  • fibromas

Los cólicos asociados con este tipo de afecciones se conocen como dismenorrea secundaria.

Alrededor de la mitad de todas las mujeres notan un aumento en el acné aproximadamente una semana antes de que comience su periodo.

Los brotes relacionados con la menstruación suelen aparecer en la barbilla y la línea de la mandíbula, pero pueden aparecer en cualquier parte de la cara, la espalda u otras áreas del cuerpo. Estos brotes se producen por los cambios hormonales naturales asociados con el ciclo reproductivo femenino.

Si al momento de la ovulación no se produce un embarazo, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen y los andrógenos, como la testosterona, aumentan ligeramente. Los andrógenos en tu sistema estimulan la producción de sebo, un aceite producido por las glándulas sebáceas de la piel.

Cuando se produce demasiado sebo, se pueden producir brotes de acné. El acné relacionado con el periodo a menudo desaparece cerca del final de la menstruación o poco después cuando los niveles de estrógeno y progesterona comienzan a subir.

Durante la primera mitad del ciclo menstrual (que comienza el primer día de tu periodo) los niveles de estrógeno empiezan a aumentar. Esto estimula el crecimiento de los conductos de leche en los senos.

Los niveles de progesterona comienzan a aumentar en la mitad de tu ciclo cerca de la ovulación. Esto hace que las glándulas mamarias en los senos se agranden y se hinchen. Estos cambios hacen que los senos se sientan adoloridos e inflamados justo antes o durante tu periodo.

Para algunas mujeres, este síntoma puede ser leve. Otras sienten que los senos se vuelven muy pesados o abultados, causando incomodidad extrema.

A medida que tu periodo se acerca, tu cuerpo cambia de ritmo; en vez de prepararse para mantener un embarazo, se empieza a preparar para la menstruación. La fatiga suele ser el resultado de la rápida caída de los niveles hormonales. Los cambios de humor también pueden hacer que te sientas cansada.

Además de todo eso, durante esta parte de su ciclo menstrual, algunas mujeres tienen dificultades para dormir. La falta de sueño puede exacerbar la fatiga durante el día.

Si tu estómago se siente pesado o parece que no puedes lograr que tus jeans se abrochen unos días antes de tu periodo, es posible que tengas hinchazón causada por el SPM. Los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona pueden hacer que tu cuerpo retenga más agua y sal de lo normal. Esto causa una sensación de hinchazón.

La balanza también puede marcar una libra o dos más, pero la hinchazón del síndrome premenstrual no es en realidad aumento de peso. Muchas mujeres se alivian dos o tres días después de que comienza su periodo. A menudo, la hinchazón es más intensa en el primer día del ciclo.

Dado que tus intestinos son sensibles a los cambios hormonales, antes y durante tu periodo podrías experimentar alteraciones cuando vas al baño.

Las prostaglandinas que causan las contracciones uterinas también pueden causar contracciones en los intestinos. Es posible que durante la menstruación tengas evacuaciones intestinales más frecuentes. También podrías tener:

  • diarrea
  • náuseas
  • gases
  • estreñimiento

Dado que las hormonas son responsables de generar la respuesta al dolor, es comprensible que los niveles hormonales fluctuantes puedan causar dolores de cabeza y migrañas.

La serotonina es un neurotransmisor que a menudo desencadena migrañas y dolores de cabeza. En ciertos puntos del ciclo menstrual, el estrógeno puede aumentar los niveles de serotonina y la cantidad de receptores de serotonina en el cerebro. La interacción entre el estrógeno y la serotonina puede causar migrañas en personas que las sufren.

Más del 50 por ciento de las mujeres que tienen migrañas reportan una relación entre las migrañas y su periodo. Las migrañas pueden ocurrir antes, durante o inmediatamente después de la menstruación.

Algunas también experimentan migrañas en el momento de la ovulación. Un estudio clínico publicado en Neurology encontró que, en esa población, las migrañas eran 1.7 veces más probables uno o dos días antes de la menstruación y 2.5 veces más probables durante los primeros tres días de la menstruación.

Para algunas mujeres, los síntomas emocionales del síndrome premenstrual pueden ser más graves que los físicos. Puedes tener:

  • cambios de humor
  • depresión
  • irritabilidad
  • ansiedad

Si sientes que estás en una montaña rusa emocional o te sientes más triste o más irritable de lo habitual, los niveles fluctuantes de estrógeno y progesterona pueden ser los culpables.

El estrógeno puede afectar la producción de serotonina y endorfinas que hacen sentir bien en el cerebro, disminuyendo la sensación de bienestar y aumentando la depresión y la irritabilidad.

Para algunas, la progesterona puede tener un efecto calmante. Este efecto puede disminuir cuando los niveles de progesterona son bajos. Pueden producirse períodos de llanto sin motivo e hipersensibilidad emocional.

Las contracciones uterinas y abdominales desencadenadas por la liberación de prostaglandinas también pueden causar contracciones musculares en la zona lumbar.

Esto puede causar una sensación de dolor o tirón. Algunas pueden tener dolor de espalda baja significativo durante su periodo. Otras experimentan una leve molestia o una sensación molesta en la espalda.

Los síntomas del síndrome premenstrual como cólicos, dolor de cabeza y cambios de humor pueden afectar el sueño, lo que hace más difícil conciliar el sueño. Tu temperatura corporal también puede impactar el sueño que tanto necesitas.

La temperatura corporal central aumenta aproximadamente medio grado después de la ovulación y se mantiene alta hasta que comienzas a menstruar o poco después. Puede que no parezca mucho, pero las temperaturas corporales más frías están relacionadas con un mejor sueño. Ese medio grado puede afectar tu capacidad de descansar cómodamente.

Los tratamientos para el síndrome premenstrual dependerán del rango y la gravedad de los síntomas que tengas.

Si tus síntomas son graves, es posible que tengas un trastorno disfórico premenstrual (TDPM). Esta es una forma más grave de SPM. La atención de un médico puede ser el mejor tratamiento.

Si tienes migrañas graves, también es una buena idea ver a tu médico. Los problemas de salud subyacentes, como el síndrome del intestino irritable o la endometriosis, también pueden hacer que el síndrome premenstrual sea más grave, lo que requiere la ayuda de un médico.

En algunos casos de SPM, tu médico te puede recetar píldoras anticonceptivas para regular tus hormonas. Las píldoras anticonceptivas contienen niveles variables de tipos sintéticos de estrógeno y progesterona.

Las píldoras anticonceptivas impiden que tu cuerpo ovule naturalmente al proporcionar niveles constantes y estables de hormonas durante tres semanas. Esto es seguido por una semana de píldoras placebo o píldoras que no tienen hormonas. Cuando tomas las píldoras placebo, tus niveles hormonales disminuyen para que puedas menstruar.

Debido a que las píldoras anticonceptivas proporcionan un nivel constante de hormonas, pueden ayudar a que tu cuerpo no pase por los niveles bajos o máximos que pueden causar síntomas del síndrome premenstrual.

En muchos casos, también puedes aliviar los síntomas leves del síndrome premenstrual en tu casa. Estos son algunos consejos a tener en cuenta:

  • Reduce tu consumo de sal para aliviar la hinchazón.
  • Toma analgésicos de venta libre, como ibuprofeno (Advil) o acetaminofeno (Tylenol).
  • Para aliviar los cólicos, usa una botella de agua caliente o una almohadilla térmica caliente en el abdomen.
  • Puedes hacer ejercicio moderado para mejorar el estado de ánimo y potencialmente reducir los cólicos.
  • Come comidas pequeñas y frecuentes para que tu nivel de azúcar en la sangre se mantenga estable. El nivel bajo de azúcar en la sangre puede desencadenar el mal humor.
  • Medita o haz yoga para promover la sensación de bienestar.
  • Toma suplementos de calcio. Un estudio publicado en Obstetrics & Gynecology Science descubrió que los suplementos de calcio eran útiles para regular la depresión, la ansiedad y la retención de líquidos.

En los días previos a tu periodo, es muy común experimentar síntomas leves de SPM. A menudo puedes encontrar alivio con remedios caseros.

Pero si tus síntomas son lo suficientemente graves como para afectar tu capacidad para disfrutar de la vida o participar en tus actividades diarias habituales, habla con tu médico.

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