Un ataque cardíaco es una afección médica que pone en riesgo la vida, en la que la sangre que fluye al corazón se detiene repentinamente debido a una arteria coronaria bloqueada. El daño a los tejidos circundantes ocurre de inmediato.

La recuperación de un ataque cardíaco en última instancia depende de la gravedad de la afección, así como la rapidez con que se trata.

Inmediatamente después del evento, puedes esperar permanecer en el hospital durante 3 a 5 días, o hasta que tu afección se haya estabilizado.

En general, toma varias semanas, y posiblemente hasta varios meses, para recuperarse de un ataque al corazón. Tu recuperación depende de:

  • tu afección en general
  • factores de riesgo
  • cumplimiento con tu plan de tratamiento

Un “creador de viudas”, como su nombre sugiere, se refiere a un tipo grave de ataque cardíaco. Se produce cuando la totalidad de la arteria descendente anterior izquierda (DAI) está bloqueada.

Este tipo particular de ataque cardíaco puede poner en riesgo la vida debido al papel significativo de la arteria descendente anterior izquierda en el suministro de sangre a tu corazón.

Los síntomas son similares a los de un ataque al corazón de otra arteria obstruida. Estos incluyen:

  • dolor en el pecho
  • dificultad para respirar
  • aturdimiento
  • sudoración
  • náuseas
  • fatiga

A pesar de su nombre, un ataque al corazón “creador de viudas” también puede afectar a las mujeres.

Con este tipo de ataque cardíaco, podrías estar en el hospital por unos días adicionales, especialmente si necesitas someterte a una cirugía para abrir la arteria descendente anterior izquierda.

Se ha demostrado que una dieta baja en grasas y calorías ayuda a prevenir el riesgo de un ataque cardíaco. Sin embargo, si ya has tenido un ataque al corazón, comer sano es simplemente una necesidad para ayudar a prevenir futuros episodios.

Un plan de alimentación conocido como enfoque alimentario para detener la hipertensión (DASH, por sus siglas en inglés), es de mucha utilidad.

El objetivo general de esta dieta es limitar el consumo de sodio, carne roja y grasas saturadas, centrándose en fuentes ricas en potasio de frutas y vegetales, junto con carnes magras, pescado y aceites vegetales.

La dieta mediterránea es similar a la DASH en cuanto a que ambas hacen énfasis en alimentos de origen vegetal.

La investigación sugiere que una dieta vegetariana puede disminuir la inflamación y el estrés oxidativo, lo que contribuye a la insuficiencia cardíaca. Tales dietas también pueden disminuir la gravedad de la enfermedad cardíaca.

En general, intenta:

  • Evitar las grasas trans y las grasas saturadas siempre que sea posible. Estas grasas contribuyen directamente a la formación de placa en las arterias. Cuando las arterias se ven obstruidas, la sangre ya no puede fluir al corazón, lo que resulta en un ataque cardíaco. En su lugar, come grasas que provengan de fuentes vegetales, como aceite de oliva o nueces.
  • Come menos calorías. Comer demasiadas calorías y tener sobrepeso también puede tensar el corazón. Controlar tu peso y comer equilibradamente alimentos vegetales, carnes magras y productos lácteos bajos en grasa puede ayudar.
  • Limita el consumo de sodio. Reducir tu ingesta diaria de sodio a menos de 2,300 mg por día puede disminuir la presión arterial y la tensión general en tu corazón. Esto es también un elemento clave de la dieta DASH.
  • Céntrate en comer productos agrícolas. Las frutas y verduras frescas y enteras deben ser un elemento básico de tu dieta. Cuando no dispongas de productos frescos, considera la posibilidad de sustituirlos por versiones enlatadas sin azúcar o sin sal.

Después de un ataque al corazón, es normal sentirse muy fatigado. Es posible que te sientas débil y mentalmente agotado.

También podrías tener menos apetito. Comer comidas más pequeñas puede ayudar a ejercer menos presión sobre el corazón.

Es común tener efectos secundarios sobre la salud mental después de un ataque cardíaco. Estos pueden durar entre 2 y 6 meses. Algunos síntomas relacionados con la salud mental incluyen:

  • ira
  • irritabilidad
  • miedo
  • insomnio y fatiga diurna
  • tristeza
  • sentimientos de culpa y desesperación
  • pérdida de interés en pasatiempos

El riesgo de un ataque cardíaco y enfermedad cardiovascular aumenta después de los 65 años.

Esto se debe a cambios relacionados con la edad que pueden ocurrir en el corazón, incluyendo la presión arterial alta (hipertensión) y el endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis).

Un ataque cardíaco en un adulto mayor también viene acompañado de consideraciones especiales.

La dieta y el entrenamiento de ejercicio son cruciales para la prevención de futuros ataques cardíacos, pero puede tomar más tiempo recuperarse. Los adultos mayores también pueden tener un mayor riesgo de problemas cognitivos y movimientos funcionales reducidos.

Para reducir los efectos a largo plazo de un ataque cardíaco, se recomienda que los adultos mayores estén especialmente atentos a aumentar la actividad física cuando sea posible.

Esto ayudará a fortalecer el músculo cardíaco y los protegerá de futuros daños.

Otra consideración es tratar de reducir la presión arterial, según sea necesario. La hipertensión es la afección más común relacionada con el corazón en adultos mayores de 75 años.

Un stent se utiliza para reducir las probabilidades de un ataque cardíaco. Este tubo de malla de alambre se inserta en una arteria bloqueada para ayudar a aumentar el flujo sanguíneo al corazón. El stent se deja en su lugar permanentemente para mejorar la afección.

Cuando se hace con una angioplastia coronaria, la colocación de un stent abre las arterias y aumenta el flujo sanguíneo al músculo cardíaco. Los stents reducen el riesgo general de experimentar un estrechamiento de la misma arteria.

Sin embargo, sigue existiendo la posibilidad de tener un ataque cardíaco en el futuro debido a otra arteria obstruida. Por eso, adoptar hábitos de vida saludables para el corazón es tan importante.

Hacer estos cambios puede jugar un papel importante para ayudar a prevenir un ataque futuro.

Como regla general, debes ver a tu médico de inmediato si experimentas dolor en el pecho, incluso después de la colocación de un stent. En el caso inusual de que se cierre un stent, necesitarás cirugía para que la arteria vuelva a abrirse.

También es posible experimentar un coágulo de sangre después de recibir un stent, lo que podría aumentar el riesgo de un ataque cardíaco.

Tu médico probablemente recomendará tomar aspirina, así como medicamentos anticoagulantes recetados, como ticagrelor (Brilinta) o clopidogrel (Plavix) para prevenir la formación de coágulos de sangre.

Un estilo de vida saludable para el corazón puede complementar un plan de tratamiento médico para enfermedades cardíacas. Considera tus hábitos de estilo de vida actuales y busca maneras de mejorarlos.

Ejercicio

Si tu médico lo autoriza, puedes comenzar un programa de ejercicios después de recuperarte de un ataque cardíaco.

El ejercicio regular es ciertamente importante para mantener el peso, pero también hace trabajar a los músculos, siendo el corazón el más importante.

Cualquier forma de ejercicio que haga que la sangre bombee es beneficiosa. Sin embargo, cuando se trata de la salud del corazón el ejercicio aeróbico es mejor. Estos son algunos ejemplos:

  • nadar
  • andar en bicicleta
  • trotar o correr
  • caminar a un ritmo moderado o rápido

Estas formas de ejercicio ayudan a aumentar la cantidad de oxígeno que circula en tu cuerpo y también fortalecen la capacidad del corazón para bombearlo por el torrente sanguíneo al resto del cuerpo.

Como un bono adicional, el ejercicio aeróbico regular también ayuda a reducir:

  • la presión arterial alta
  • el estrés
  • el colesterol

Si notas cualquier síntoma inusual durante el ejercicio, como dificultad respiratoria prolongada, debilidad en las extremidades o dolor en el pecho, detente de inmediato y llama al 911, o busca atención médica de emergencia.

Deja de fumar

Si fumas, es posible que hayas considerado dejar de fumar en el pasado, pero hacerlo es aún más crucial después de un ataque cardíaco.

Fumar es un factor de riesgo para la enfermedad cardíaca porque aumenta la presión arterial y el riesgo de coágulos al reducir las células de oxígeno dentro del torrente sanguíneo.

Esto significa que tu corazón trabaja más duro para bombear sangre y tiene menos células de oxígeno saludables para mantener un rendimiento óptimo.

Dejar de fumar ahora puede mejorar significativamente tu salud general y también ayudar a reducir la incidencia de futuros ataques cardíacos. También asegúrate de evitar el humo de segunda mano, ya que plantea peligros similares en términos de salud del corazón.

Controla otros factores de riesgo

Las enfermedades cardíacas pueden ser hereditarias, pero la mayoría de los ataques cardíacos pueden atribuirse a las opciones de estilo de vida.

Aparte de la dieta, el ejercicio y los hábitos de fumar, es importante controlar otros factores de riesgo que podrían contribuir a futuros ataques cardíacos.

Habla con tu médico sobre:

  • hipertensión
  • colesterol alto
  • diabetes
  • enfermedad de la tiroides
  • estrés excesivo
  • problemas de salud mental, como ansiedad y depresión
  • consumo de alcohol

También necesitarás entrar en un programa de rehabilitación cardíaca. Médicos y otros profesionales de salud dirigen estos programas. Están diseñados para monitorear tu afección y proceso de recuperación después de un ataque cardíaco.

Junto con la educación sobre los cambios en el estilo de vida, tus factores de riesgo cardíaco se monitorearán para asegurar una recuperación saludable. Es probable que tu médico hable contigo sobre las formas en que puedes controlar tus propios factores de riesgo cardíaco.

Los posibles números objetivo para tus factores de riesgo incluyen:

  • presión arterial inferior a 130/80 mmHg (milímetros de mercurio)
  • circunferencia de la cintura menos de 35 pulgadas para las mujeres y menos de 40 pulgadas para los hombres
  • índice de masa corporal (IMC) entre 18.5 y 24.9
  • colesterol en sangre por debajo de 180 mg / dL (miligramos por decilitro)
  • glucosa en sangre por debajo de 100 mg / dL (durante períodos de ayuno normal)

Te darán lecturas regulares de estas métricas durante la rehabilitación cardíaca. Sin embargo, ayuda permanecer consciente de estos números después de la rehabilitación.

El riesgo general de tener un ataque cardíaco aumenta con la edad, especialmente en hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años.

La detección y el tratamiento tempranos pueden aumentar tu esperanza de vida después de un ataque cardíaco. Aun así, se estima que el 20 por ciento de los adultos mayores de 45 años experimentarán un segundo ataque cardíaco dentro de los 5 años.

Se estima que hasta un 42 por ciento de las mujeres mueren en el plazo de un año después de un ataque cardíaco, mientras que el mismo escenario ocurre en el 24 por ciento de los hombres.

Esta diferencia porcentual podría deberse a que las mujeres tienen síntomas diferentes a los de los hombres durante un ataque cardíaco, y por lo tanto no reconocen un ataque cardíaco en las primeras etapas.

Es importante saber que muchas personas tendrán vidas plenas después de un ataque cardíaco.

No hay estadísticas generales que indiquen la esperanza de vida después de un ataque cardíaco. Es importante trabajar en los factores de riesgo individuales para prevenir futuros episodios.

Bríndale a tu corazón la oportunidad de sanar después de un ataque cardíaco. Esto significa que es posible que necesites modificar tu rutina normal y reconsiderar ciertas actividades durante varias semanas.

Vuelve gradualmente a tu rutina diaria para no correr el riesgo de una recaída. Es posible que debas modificar tus actividades diarias si son estresantes.

Puede tomar hasta 3 meses antes de que tu médico te dé la autorización para volver al trabajo.

Según el nivel de estrés de tu trabajo, es posible que necesites reducir significativamente tu carga, o trabajar a tiempo parcial.

Es posible que no puedas conducir un vehículo durante al menos una semana después de un ataque cardíaco. Esta restricción podría ser más prolongada si tienes complicaciones.

Cada estado tiene leyes diferentes, pero la regla general es que tu afección debe mantenerse estable durante al menos 3 semanas antes de que se te permita conducir de nuevo.

Tu médico probablemente te recomendará que suspendas las relaciones sexuales y otras actividades físicas durante al menos 2 a 3 semanas después de tu ataque cardíaco.

El riesgo de tener otro ataque cardíaco después de recuperarte del primero es mayor.

Es vital que te mantengas en sintonía con tu cuerpo e informes cualquier síntoma a tu médico inmediatamente, incluso si solo parecen leves.

Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si experimentas:

  • fatiga repentina y extrema
  • dolor en el pecho, y dolor que se irradia a uno o ambos brazos
  • ritmo cardíaco acelerado
  • sudoración (sin hacer ejercicio)
  • mareos o debilidad
  • hinchazón de piernas
  • dificultad para respirar

Mejorar la salud de tu corazón después de un ataque cardíaco depende de lo bien que te adhieras al plan de tratamiento de tu médico. También depende de tu capacidad para identificar problemas potenciales.

También debes conocer la diferencia en los resultados del tratamiento entre hombres y mujeres después de un ataque cardíaco.

Los investigadores encontraron que el 42 por ciento de las mujeres mueren dentro de un año de tener un ataque cardíaco, en comparación con el 24 por ciento de los hombres.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) estiman que 805,000 personas tienen ataques cardíacos cada año en EE.UU. y que 200,000 de ellas son personas que han tenido un ataque cardíaco anteriormente.

Conocer tus factores de riesgo y hacer cambios en el estilo de vida puede ayudarte a convertirte en un sobreviviente y así disfrutar de tu vida.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 6 de septiembre de 2021.

Versión original en inglés actualizada el 19 de marzo de 2020.

Última revisión médica en inglés realizada el 19 de marzo de 2020.