Como cuidador de alguien con cáncer de pulmón de células no pequeñas (también llamado no microcítico o CPNM), desempeñas una de las funciones más importantes en la vida de tu ser querido.
No solo estarás allí emocionalmente por un largo tiempo, sino que tu función como cuidador también te pondrá a cargo de las tareas cotidianas. Además de todo eso, también tendrás que arreglártelas para cuidarte a ti mismo.
Asumir todas tus nuevas responsabilidades puede ser estresante al principio. Identificar las medidas importantes como cuidador puede ayudarte a mantenerte organizado.
Cuidar a alguien con CPNM a menudo implica involucrarse en el tratamiento del cáncer. Esto puede incluir:
- llevar a tu ser querido a sus citas
- acompañar a tu ser querido a sus reuniones con médicos, enfermeras y técnicos de laboratorio
- asegurarte de que tu ser querido tome los medicamentos recomendados y recetados
- si fuma, ayudar a tu ser querido a dejar de fumar
También será necesario que estés al tanto de los síntomas de tu ser querido para detectar señales de avance de la enfermedad. Los ejemplos incluyen dificultad para respirar, toser sangre y perder peso de forma involuntaria.
A medida que avanza el CPNM, las tareas diarias pueden volverse cada vez más desafiantes para tu ser querido. Es posible que necesites ayudarlo a comer, bañarse y vestirse. También podría necesitar ayuda para ir al baño y caminar.
La clave es hacerle saber a tu ser querido que estás ahí para ayudarlo cuando te lo pida. No asumas que un diagnóstico de cáncer significa automáticamente que tu ser querido ha perdido toda independencia. Esto puede aumentar sus sentimientos de depresión y baja autoestima.
El cáncer crea un terremoto emocional tanto para ti como para tu ser querido. Esto quizá sea especialmente cierto con el CPNM, ya que el pronóstico a menudo es impredecible. Es probable que tu ser querido tenga sus altibajos. Puede experimentar baja autoestima y depresión.
Tu función como cuidador no es necesariamente tratar de animar a tu ser querido o hacerlo “feliz” nuevamente. En cambio, puedes ofrecerle apoyo simplemente escuchándolo, sin juzgar.
También es útil fomentar la mayor socialización posible. Lleva a tu ser querido a caminar. Anímalo a que se reúna con sus amigos si se siente con deseos. Si tu ser querido se siente más cómodo en casa, ofrécele organizar una pequeña reunión ahí. Con el tiempo, tu ser querido puede experimentar un estímulo en su estado de ánimo. Además, también puedes beneficiarte de estar rodeado de otras personas.
Además de las tareas diarias en las que lo apoyarás, tu ser querido también podría necesitar que lo ayudes con tareas más complejas como las finanzas. Esto no solo incluye administrar el dinero, sino también planificar los posibles cuidados al final de la vida.
Dependiendo de la etapa del CPNM en la que se encuentre tu ser querido, es posible que ya no pueda tomar decisiones por sí mismo. Es posible que debas consultar con un asesor financiero y un abogado para obtener ayuda.
Ser cuidador es un gran sacrificio y es fácil que quieras asegurarte de que todas las necesidades de tu ser querido se satisfagan. Incluso podrías terminar descuidando tus propias necesidades. Podrías saltarte comidas de vez en cuando, descuidar tu propia atención médica o incluso alejarte de las actividades que alguna vez disfrutaste porque no tienes suficiente tiempo.
Hay mucho en el dicho de que no puedes cuidar bien de los demás a menos que te cuides a ti mismo primero. Descuidar tus propias necesidades no solo puede ponerte en desventaja, sino que también puede afectar tus habilidades para brindar cuidados.
Puedes invertir en tu cuidado con alguna de las siguientes metas:
- Configura una alarma para tus propias comidas. Esto asegura que no te olvides de comer.
- Acepta ayuda adicional de amigos y familiares. Si bien es posible que tus amigos o familiares no conozcan a tu ser querido tan bien como tú, hay tareas que puedes delegar, como cocinar, limpiar y hacer las compras. Delegar tareas aparentemente minúsculas puede liberar más tiempo y estrés de lo que crees.
- Conéctate con un amigo o familiar todos los días. Es posible que no tengas tiempo para un almuerzo, pero un simple intercambio de mensajes de texto, una llamada telefónica o un correo electrónico pueden ayudarte a mantenerte en contacto y al mismo tiempo mejorar tu estado de ánimo.
- Haz ejercicio a diario. Incluso una caminata corta o estiramientos de yoga pueden hacer la diferencia.
- Crea tu propio espacio. Podría ser una habitación propia para leer y relajarte, o incluso una parte de un espacio más grande en tu hogar que puedas llamar tuyo. Imagina este espacio como tu propio retiro personal en el que puedes hacer lo que quieras.
Si bien los grupos de apoyo se definen comúnmente como opciones terapéuticas para las personas con CPNM, también hay opciones disponibles para los cuidadores.
Podría resultarte útil hablar con otros cuidadores que están pasando por experiencias similares. Estas conexiones se pueden realizar en grupos en línea, así como en reuniones presenciales tradicionales. Incluso puedes encontrar útil el apoyo personalizado con un terapeuta.
La clave es asegurarte de que se escuche tu voz y que tus esfuerzos se validen.