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Los expertos no están seguros de por qué los niños que no son blancos tienen menos probabilidades de recibir un diagnóstico de ADHD, pero el retraso en el diagnóstico puede afectar su éxito en la escuela y en la vida. Getty Images
  • Los investigadores dicen que los niños negros, hispanos (que pueden ser de cualquier raza) y asiáticos tienen menos probabilidades de recibir un diagnóstico y tratamiento para la afección.
  • Los expertos no están seguros de por qué existe la desigualdad, pero dicen que es importante investigar.
  • Indican que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH o ADHD en inglés) no diagnosticado tienen menos probabilidades de tener éxito en la escuela y en la vida en general.

El hecho de que un niño reciba un diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH, o ADHD por sus siglas en inglés) puede ser una espada de doble filo.

Algunos padres ven el diagnóstico como una etiqueta no deseada que puede estigmatizar a su hijo, mientras que otros lo ven como una manera de ayudar a su hijo a obtener los recursos necesarios para ayudarles a tener mejor éxito en la escuela y en la vida.

Esto incluye el acceso a terapia y medicamentos, planes de aprendizaje especializados e incluso dar a los padres la oportunidad de comprender mejor cómo ayudar a sus hijos a recorrer por los sistemas que los rodean.

Pero una nueva investigación sugiere que hay grandes brechas en quién recibe esos diagnósticos.

Los investigadores de la Clínica Mayo examinaron a niños nacidos entre 2006 y 2012. Encontraron desigualdades raciales continuas en quien recibe un diagnóstico y tratamiento para el ADHD.

La investigación, publicada en la revista JAMA Network Open, determinó que, de los 238,011 niños participantes, aquellos que se identificaron como asiáticos, negros e hispanos tenían “significativamente” menos probabilidades de recibir un diagnóstico de ADHD en comparación con los niños blancos.

Los niños negros, asiáticos e hispanos también tenían menos probabilidades de recibir tratamiento para el ADHD.

“En comparación con otros grupos, los niños blancos tenían más probabilidades de recibir algún tipo de tratamiento. Los niños asiáticos tenían las mayores probabilidades de no recibir tratamiento”, escribieron los autores del estudio.

Eso es significativo, indicaron los investigadores, debido a que las personas con ADHD tienen en general una calidad de vida más pobre y costos médicos más altos.

Es por eso que las directrices clínicas sugieren que los niños en edad preescolar con un diagnóstico de ADHD reciban terapia conductual como tratamiento de primera línea y luego medicamentos a partir de la escuela primaria.

Los investigadores no están del todo seguros de por qué existen las desigualdades. Parece ser una mezcla de prejuicios tanto explícitos como implícitos entre los médicos, desconfianza en el sistema de salud y renuencia a buscar dicho diagnóstico o tratamiento.

El equipo de la Clínica Mayo reconoció en su estudio que como ellos usaron información de una base de datos de seguros comerciales nacionales, es posible que sus datos subyacentes no sean representativos de todos los niños en Estados Unidos.

Mayra Méndez, PhD, psicoterapeuta autorizada y coordinadora de programas para servicios para discapacidades intelectuales y del desarrollo y de salud mental en el Centro de Desarrollo Infantil y Familiar de Providence Saint John en Santa Monica, California, dijo que las desigualdades podrían explicarse parcialmente por el hecho de que los investigadores estaban examinando poblaciones con seguros privados.

“La muestra de ingresos superiores y posiblemente de poblaciones blancas puede haber sido inflada, lo que dio como resultado un grupo más pequeño de poblaciones racialmente diversas”, dijo.

“No me sorprende el hallazgo de la investigación de que los niños de color son diagnosticados en tasas más bajas que los niños blancos, porque los niños de color a menudo son identificados como con problemas de comportamiento perturbadores, problemas de conducta, oposicionales/desafiantes y déficits de aprendizaje antes de considerar explicaciones basadas en el desarrollo neurológico para estos desafíos”, dijo Méndez.

“Además, los factores culturales influyen significativamente en la identificación de los desafíos conductuales y/o de aprendizaje, lo que resulta en una mayor tolerancia a las diferencias conductuales en algunas culturas y en una respuesta excesiva en otras”, dijo.

El Dr. Bruce Wexler es profesor emérito en la Universidad de Yale en Connecticut y fundador de C8 Sciences, una compañía que proporciona programas de capacitación cerebral para mejorar el ADHD.

Para Wexler, un número menor de niños recibiendo un diagnóstico de ADHD podría ser algo bueno, teniendo en cuenta qué otros datos expone el estudio.

Los investigadores observaron que alrededor de la mitad de los diagnósticos fueron realizados por pediatras, no psicólogos, psiquiatras o neurólogos, quienes pueden tener una mejor idea de las opciones de tratamiento disponibles además de potentes medicamentos estimulantes a corto plazo.

“El segundo en que dejas de tomarlos [los medicamentos], los beneficios desaparecen”, dijo.

Wexler dijo que es difícil saber si un grupo está sobrediagnosticado o si otro está subdiagnosticado porque no hay punto de referencia sobre cuáles deberían ser las tasas de ADHD en cualquier grupo racial o de edad.

“No sabemos cuál es el nivel real”, dijo.

Sin embargo, Wexler dijo que parece haber diferencias en algunos grupos, en particular en los padres blancos, que tienen más probabilidades de participar en la “crianza permisiva” y una “cultura de medicar los problemas” en lugar de aceptar a su hijo.

“Llamémoslo un problema médico y usemos una pastilla”, dijo.

La investigación sobre quién recibe un diagnóstico de ADHD y quién no es importante, ya que algunas investigaciones han sugerido que el comportamiento que ahora se atribuye al ADHD fue positivo en términos de evolución.

Nuestros ancestros cazadores-recolectores sobrevivían más tiempo si estaban procesando constantemente los estímulos a su alrededor, ya que hacerlo podría indicar posible alimento o depredadores.

Mientras que los niños tienen más probabilidades de recibir un diagnóstico de ADHD cuando están en la escuela, el salón de clases moderno no ha evolucionado para satisfacer a los estudiantes con esos rasgos.

“Las escuelas son un factor importante”, dijo Wexler. “Eso es cuando se les exige cosas que no se les había pedido antes”.

Eso, para las personas con ADHD, significa aprender a sobrevivir en un mundo nuevo, que ahora incluye interminables distracciones de computadoras de bolsillo y otros artículos.

Independientemente de lo que parezca un mundo ideal para un niño con ADHD, Méndez dijo que todos pueden tener un papel en el cierre de la brecha de desigualdad.

Eso incluye a los interesados críticos como psicoterapeutas, psiquiatras, profesionales de la salud mental, profesores, psicólogos escolares, enfermeras, directores y personal de apoyo del comportamiento.

Méndez dijo que estos interesados pueden abordar las desigualdades sociales para los niños de color y cerrar las brechas de las desigualdades raciales aumentando la conciencia y la información sobre los síntomas relacionados con el ADHD.

También pueden reconocer las diferencias culturales y aumentar la conciencia de las diferentes normas culturales con respecto al desarrollo, la educación, el aprendizaje y la expresión conductual.

Los profesionales también pueden disipar las ideas erróneas y los mitos sobre los síntomas y el tratamiento para el ADHD como desventajosos, dolorosos y perjudiciales para un niño, entre otras cosas.

“También es extremadamente importante proporcionar opciones de intervención precisas, culturalmente sensibles y realistas disponibles para los padres como interesados que conocen mejor a sus hijos. Los padres bien informados tienen más probabilidades de considerar las opciones y tomar la información abiertamente”, dijo Méndez.

“La información precisa que se proporciona a los padres aumenta las posibilidades de que lo consideren con objetividad”, dijo, “y disminuye las defensas que desencadenan sus inseguridades de paternidad”.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 10 de mayo de 2022.

Versión original escrita el 2 de marzo de 2021.

Última revisión de datos realizada el 2 de marzo de 2021.