Si tienes colitis ulcerosa (CU), te estarás preguntando cuáles son los efectos en tu dieta. La comida es una parte importante de la vida: además de nutrir al cuerpo, el acto de comer une a las personas.

Si tienes CU, es esencial mantener una dieta balanceada. Necesitas comer suficientes alimentos de todos los grupos alimenticios. Estos grupos incluyen frutas, verduras, granos, lácteos y proteínas. También se recomienda incluir algunas grasas saludables en tu dieta, como aceite de oliva.

Los alimentos y la CU tienen una conexión directa. Los alimentos que comes no causan CU, pero pueden afectar tus síntomas de CU.

Cuando estás experimentando un brote de síntomas, ciertos alimentos los pueden agravar. Cuando tus síntomas desaparecen, es posible que regreses a tu dieta normal y disfrutes los alimentos que usualmente evitas durante un brote. Es importante identificar qué alimentos puedes comer y cuáles evitar. Esto puede ayudarte a comer bien, disfrutar tus alimentos y sentirte mejor.

No existe un plan alimenticio único que funcione para todas las personas que tienen CU. Necesitas ser consciente de los efectos que tienen diferentes alimentos en tu cuerpo.

También es importante recordar que tu reacción a ciertos alimentos puede cambiar. Puedes empezar a tener problemas con los alimentos que podías tolerar antes o puedes descubrir que ahora puedes comer alimentos que alguna vez te causaron problemas.

Es posible que antes de haber recibido tu diagnóstico de CU, tu rutina diaria se componía de dos o tres comidas grandes al día. Esto representa más esfuerzo para tus intestinos.

Considera hacer cinco o seis comidas pequeñas durante el día en lugar de porciones grandes. Esto dará tiempo a tus intestinos para digerir los alimentos y puede ayudar a reducir tus síntomas.

Con el tiempo, la CU puede dificultar que tu cuerpo absorba las calorías y los nutrientes de los alimentos. Esto puede resultar en desnutrición y pérdida de peso, especialmente cuando aparecen los síntomas.

Si un incidente usualmente te hace perder peso, es posible que necesites aumentar tu ingesta de calorías, así obtendrás la energía que tu cuerpo necesita. También puede que necesites tomar multivitaminas o monitorizar el nivel de nutrientes de los alimentos que comes. Esto te ayudará a obtener suficientes calorías, vitaminas y minerales para cubrir las necesidades diarias de tu cuerpo.

Algunos medicamentos que se usan para tratar la CU pueden causar efectos secundarios si consumes demasiado sodio. Por ejemplo, pueden causar inflamación e hinchazón.

Si usas medicamentos corticosteroides para tratar la CU, tu médico o nutricionista puede sugerir que comas una dieta baja en sal para ayudar a prevenir la retención de agua.

También pueden recomendar una dieta baja en grasa, pues los alimentos grasosos pueden causar gases, hinchazón y diarrea. Evitar grandes dosis de grasa puede reducir tu riesgo de complicaciones.

Muchas personas con CU también tienen intolerancia a la lactosa. La intolerancia a la lactosa puede causar diarrea, gases y dolor abdominal cuando comes lácteos. Si eres intolerante a la lactosa, deberías evitar la leche y otros productos lácteos.

Si tienes que comer alimentos que contienen lácteos o si prefieres no evitarlos, habla con tu médico sobre tomar un producto de enzimas de lactasa. Esto puede ayudar a tu cuerpo a descomponer el azúcar de la leche, o la lactosa, sin causar efectos secundarios no deseados.

Los alimentos ricos en fibra como los granos, verduras y frutas, son parte importante de una dieta balanceada, pero comer demasiada fibra puede agravar los intestinos y hacer que los síntomas empeoren para algunas personas con CU. La fibra agrega volumen a tus heces, lo que puede aumentar la frecuencia de tus deposiciones.

Pregúntale a tu médico cuánta fibra deberías consumir en tu dieta. Cambiar la forma en que preparas tus frutas y verduras también puede facilitar su digestión. En lugar de comerlas crudas, prueba hervirlas, cocinarlas al vapor u hornearlas.

La mejor manera de saber cómo te afectan los diferentes alimentos es llevar un diario. Todos los días, registra tus comidas, meriendas y todo lo que tomes. Luego, registra cualquier síntoma posterior.

Lleva tu diario de alimentos a las citas con tu médico o nutricionista. Habla sobre las posibles conexiones entre los alimentos que comes y los síntomas que experimentas. Es posible que tu médico te sugiera eliminar los alimentos que parecen activar los síntomas. Con el tiempo, sabrás qué alimentos hacen que tus síntomas de CU empeoren para evitarlos por completo.

Si tienes CU, tomar decisiones informadas con respecto a tu dieta puede hacer una gran diferencia. La nutrición es de gran importancia, principalmente porque la enfermedad puede dificultar la manera en que tu cuerpo absorbe las calorías y nutrientes. Es importante elegir alimentos ricos en nutrientes.

Evita los alimentos que causan una reacción fuerte, pues pueden empeorar tus síntomas. Incluso pueden impedir que tu cuerpo absorba adecuadamente las calorías y nutrientes de los alimentos que consumes.

Una nueva investigación en ratones muestra que los emulsificadores en los alimentos procesados como lecitina, polisorbatos y gomas, debilitan el recubrimiento mucoso intestinal y alteran negativamente las bacterias del intestino. Esto puede causar más inflamación intestinal, ataques y síntomas.

Es necesario realizar otras investigaciones para confirmar estos hallazgos en humanos, pero los hallazgos de la investigación son suficientemente convincentes para que las personas con enfermedad inflamatoria intestinal consideren reducir su consumo de alimentos.

Por estas y otras razones, es importante llevar una dieta bien balanceada. Puede ayudar a minimizar tus síntomas y reducir tu riesgo de complicaciones por la CU.

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