Visión general de la hepatitis C

La hepatitis C es un tipo de enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis C (VHC). El hígado produce bilis para ayudar a digerir los alimentos. También elimina las toxinas del cuerpo. La hepatitis C, a veces abreviada como “hep C”, causa inflamación y cicatrices en el hígado, afectando el funcionamiento del órgano.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que 3.5 millones de personas en Estados Unidos padecen de hepatitis C. Muchas personas no saben que tienen la enfermedad porque la hepatitis C puede ser asintomática. Esto significa que quizá no presentes ningún síntoma.

Según los CDC, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres corren un mayor riesgo de contraer hepatitis C. Sin embargo, practicar sexo seguro y tomar otras precauciones de salud puede reducir este riesgo.

El factor masculino

Los hombres tienen menos capacidad que las mujeres para combatir el virus de la hepatitis C una vez que han sido infectados. Según los estudios, los hombres tienen tasas de depuración metabólica consistentemente más bajas que las mujeres. La tasa de depuración es la capacidad del cuerpo para eliminar el virus hasta el punto donde no es detectable. Menos hombres que mujeres logran eliminar el virus. Sin embargo, los científicos no están seguros de la razón detrás de esta diferencia. Los posibles factores incluyen:

  • la edad a la que un hombre se infecta con hepatitis C
  • si tiene otras infecciones, como el VIH
  • la ruta de infección, como una transfusión de sangre, contacto sexual o uso de drogas

¿Cómo se contagia la hepatitis C y quién la contrae?

La hepatitis C es una enfermedad transmitida por la sangre. Esto significa que solo se contagia a través del contacto de sangre a sangre con alguien infectado con el VHC. El contacto de sangre a sangre puede ocurrir de varias maneras diferentes, incluido el sexo.

Los hombres que practican sexo anal tienen un mayor riesgo de contraer el virus de la hepatitis C porque los tejidos frágiles del ano son más propensos a desgarrarse y sangrar. No es necesario que haya presencia de mucha sangre para transmitir el virus VHC. Incluso desgarros microscópicos en la piel que no parecen sangrar pueden ser suficientes para la transmisión.

También existe un mayor riesgo de contraer hepatitis C si:

  • compartes agujas para inyectarte drogas recreativas
  • te hacen un tatuaje o un piercing corporal con agujas sucias
  • has tenido tratamiento de diálisis renal durante mucho tiempo
  • tuviste un trasplante de órgano o una transfusión sanguínea antes de 1992
  • tienes VIH o SIDA
  • naciste entre 1945 y 1964

Aun si no participas en una actividad de alto riesgo, podrías contraer la hepatitis C simplemente al usar el cepillo de dientes o la cuchilla de afeitar de una persona infectada.

Dos tipos de hepatitis C

Cuando la hepatitis C sigue su curso sin tratamiento en un período relativamente corto, se llama hepatitis “aguda”. Los hombres y las mujeres con hepatitis C aguda suelen combatir la infección por el VHC en seis meses.

La hepatitis C crónica es una forma de enfermedad hepática que dura mucho más tiempo. Es posible que tu sistema inmunitario no pueda luchar contra el virus y permanezca en tu cuerpo durante largos períodos. La hepatitis C crónica sin tratamiento puede provocar daño hepático y cáncer de hígado.

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis C?

Una de las razones por las que la hepatitis C puede ser tan dañina es que puedes padecerla durante años sin saberlo. Algunos pacientes podrían no presentar ninguna señal de la infección viral inicial hasta que la enfermedad haya avanzado significativamente. De acuerdo con el Centro Nacional de Información sobre Enfermedades Digestivas (NDDIC, en inglés), el daño hepático y los síntomas de la hepatitis C podrían no desarrollarse hasta 10 años o más después de la infección con el virus.

Si bien la hepatitis C es asintomática en algunas personas, otras podrían presentar síntomas de la enfermedad a los pocos meses de haberse expuesto al virus, como:

  • fatiga
  • coloración amarillenta de la parte blanca de los ojos o ictericia
  • dolor de estómago
  • dolor muscular
  • diarrea
  • malestar estomacal
  • pérdida del apetito
  • fiebre
  • orina de color oscuro
  • heces color arcilla

¿Cómo puedo saber si tengo hepatitis C?

Si piensas que has sido expuesto al VHC, habla con tu médico. Él o ella te hará análisis de sangre para determinar si tienes hepatitis C. No necesariamente tienes que esperar a que los síntomas aparezcan para solicitar una prueba de hepatitis C. Habla con tu médico si crees que tu riesgo de tener hepatitis C es alto.

Tu médico también puede realizar una biopsia de tu hígado. Esto significa que usará una aguja para extraer una pequeña parte de tu hígado que analizará en un laboratorio. Una biopsia puede ayudar a tu médico a ver el estado de tu hígado.

Tratamiento de la hepatitis C

Si tienes hepatitis C aguda, existe la posibilidad de que no necesites ningún tratamiento médico. Tu médico probablemente monitoree tu estado con frecuencia, preguntándote si has desarrollado nuevos síntomas y midiendo tu función hepática por medio de análisis de sangre.

La hepatitis C crónica debe ser tratada para minimizar o prevenir el daño hepático. Los medicamentos antivirales ayudan a tu cuerpo a combatir el VHC. El tratamiento de la hepatitis crónica puede durar de dos a seis meses. Durante este tiempo, te tomarán muestras de sangre regularmente para controlar tu condición.

En algunos casos, la hepatitis C daña el hígado de tal manera que podría dejar de funcionar. Es posible que se necesite un trasplante de hígado. Sin embargo, esto es relativamente raro si la infección se detecta temprano.

Prevención

Los hombres pueden adoptar medidas para evitar la exposición al VHC y mantenerse saludables ellos y los demás. Usar un condón durante todas las formas de sexo es uno de los métodos de protección más importantes. Otra buena medida preventiva es usar guantes de goma cuando te expones a sangre o heridas abiertas de otra persona. Evita compartir artículos personales como afeitadoras, cepillos de dientes y parafernalia de drogas.

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