Ves al bebé tambalearse, luego caer y después, como en la película “Matrix”, ese momento que de alguna manera ocurre en cámara lenta y en un abrir y cerrar de ojos al mismo tiempo: se cae al piso. Ay, los gritos. El llanto. Y el gran chichón que crece en un segundo.

Sabemos lo terrible que puede ser cuando tu bello bebé se golpea la cabeza. Y si lo estás viviendo ahora mismo, colocándole hielo en el golpe a tu pequeño mientras buscas qué más hacer, has llegado al lugar correcto.

Primero, respira hondo e intenta mantener la calma. En la mayoría de los casos, los golpes en la cabeza relacionados con las caídas son menores y no requieren atención médica.

De hecho, este estudio de 2015 concluyó que las lesiones en la cabeza relacionadas con las caídas en los niños pequeños usualmente no causan serios daños.

Al mismo tiempo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que las caídas son la causa principal de las visitas a la sala de emergencias relacionadas con las lesiones por trauma cerebral en los niños hasta los 4 años de edad. Ten presente que esto no es común.

En estos casos menos frecuentes, existen algunas señales que deberían alertarte a buscar ayuda médica de emergencia.

Primero, algunas estadísticas alentadoras: De acuerdo con un estudio sobre las caídas de poca distancia en niños pequeños, solo aproximadamente de 2 por ciento a 3 por ciento de las caídas causan una simple fractura lineal del cráneo, y la mayoría de estas no causan problemas neurológicos. Solo aproximadamente 1 por ciento de las fracturas de cráneo relacionadas con caídas accidentales causan lesión cerebral moderada a severa.

De todas maneras, es importante conocer los síntomas de una lesión cerebral traumática, incluso las conmociones cerebrales, que usualmente se presentan dentro de 24 a 48 horas después del accidente.

Si tu bebé muestra cualquiera de estos síntomas después de experimentar una lesión en la cabeza, llama al 911 o llévalo de inmediato a la sala de emergencias más cercana:

  • sangrado descontrolado de una herida
  • una abolladura o punto blando protuberante en el cráneo
  • moretones excesivos y/o hinchazón
  • vómitos más de una vez
  • somnolencia inusual y/o dificultad para permanecer alerta
  • pérdida de conciencia o no responder a la voz/contacto
  • sangre o fluido drenando de la nariz u oídos
  • una convulsión
  • sospecha de una lesión en el cuello/columna vertebral
  • dificultad para respirar

Los golpes accidentales en la cabeza son una de las lesiones más comunes entre los bebés y niños pequeños. Pero saber esto no va a hacer que dejes de revivir la escena en tu cabeza, mientras piensas qué podrías haber hecho para cambiar el final.

Pero los golpes en la cabeza relacionados con las caídas, en general se deben en gran parte a la estatura y el desarrollo físico del bebé; no son culpa de los padres. Las cabezas de los bebés suelen ser proporcionalmente más grandes que sus cuerpos, lo que facilita que pierdan el equilibrio.

Además, la fuerza física y las habilidades de los bebés cambian constantemente, lo que afecta su estabilidad y coordinación. El mismo andar inestable y adorable de los bebés podría ponerlos en peligro cuando encuentran superficies nuevas y disparejas o un objeto divertido hacia el cual correr.

Esto, junto con la tendencia de los bebés de participar en movimientos peligrosos como trepar, saltar o hasta intentar volar simplemente porque les parece divertido, puede ser la ecuación perfecta para una horrible caída. De hecho, los bebés son famosos por estas comunes causas de lesiones en la cabeza:

  • deslizarse en la bañera
  • caerse hacia atrás
  • caerse de la cama o del vestidor
  • caerse después de subirse a un mueble o mesadas
  • caerse hacia adentro o afuera de la cuna
  • tropezarse con alfombras u objetos en el piso
  • caerse de las gradas o escaleras
  • caerse mientras utilizan un andador para bebés (una de las razones por las que dichos andadores se consideran inseguros)
  • caerse de los columpios del jardín

La gravedad de la lesión está relacionada con la altura de la cual se cae, así que si tu hijo se cae de una distancia más alta (como de una cuna o mesada) tiene mayor riesgo de sufrir una lesión grave.

El término “lesión en la cabeza” incluye toda una diversidad de lesiones, desde una pequeña protuberancia en la frente hasta una lesión cerebral traumática. La mayoría de las lesiones relacionadas con las caídas pequeñas entre los bebés se incluyen en la categoría de “moderadas”.

Lesiones moderadas de la cabeza

Las lesiones moderadas de la cabeza se consideran cerradas, lo que significa que no incluyen ninguna fractura en el cráneo o lesiones cerebrales subyacentes. En estos casos, la hinchazón y una “protuberancia” grande o un moretón en la piel pueden aparecer sin ningún síntoma adicional.

Si la caída de tu bebé ocasionó una cortada o laceración, puede haber sangrado significativo que requiera atención médica para limpiar y suturar la herida, incluso si no existe una lesión cerebral o del cráneo.

Después de una protuberancia en la cabeza, los bebés pueden experimentar dolor de cabeza y molestias. Sin embargo, a esta edad, es difícil comunicar esta sensación. Podría mostrarse como mayor irritabilidad o dificultad para dormir.

Lesiones en la cabeza de moderadas a severas

Las lesiones cerebrales moderadas a severas representan una minoría de las lesiones relacionadas con caídas en los niños pequeños. Pueden incluir:

  • fracturas de cráneo
  • contusiones (cuando el cerebro se lesiona)
  • conmociones (cuando el cerebro se agita)
  • sangrado en el cerebro o alrededor de las capas que rodean el cerebro

Las conmociones son el tipo más común y menos severo de las lesiones cerebrales traumáticas. Una conmoción puede afectar múltiples regiones del cerebro, causando problemas en la función cerebral. Las señales de una conmoción en los niños pueden incluir:

  • dolores de cabeza
  • pérdida de conciencia
  • cambios en el estado de alerta
  • náuseas y vómitos

Aunque son extremadamente raras, las lesiones más severas pueden incluir una fractura del cráneo, que puede poner presión al cerebro y también causar inflamación, moretones o sangrado alrededor o dentro del cerebro. Estas son las circunstancias más graves que requieren atención médica de emergencia.

Es determinante que se administre tratamiento médico tan pronto como sea posible para reducir la posibilidad de daño cerebral a largo plazo y pérdida de la función física y cognitiva.

En la mayoría de los casos, “observar y esperar” (con mucho amor) es el procedimiento adecuado después de una protuberancia menor en la cabeza del bebé.

Ten presentes los síntomas de una lesión más grave en la cabeza, observa cualquier cambio en el comportamiento o déficit neurológico en las siguientes 48 horas del accidente.

Otras formas de cuidar a tu pequeño lesionado durante el período de observación y espera:

  • aplica hielo, hasta donde lo tolere tu bebé
  • limpia y aplica un vendaje menor en las cortaduras o abrasiones menores de la piel
  • verifica los cambios/consistencia en el tamaño de las pupilas de tu bebé
  • monitorea a tu bebé mientras esté durmiendo durante las siestas y en la noche
  • llama al pediatra de tu bebé para que te guíe, si estás preocupado

Cuándo llamar al pediatra de tu hijo

Tú conoces mejor a tu bebé, así que, si estás remotamente preocupado, no dudes en llamar al pediatra de tu hijo para que te dé consejos expertos sobre lo que debes hacer. Es posible que quiera evaluar a tu bebé por precaución y documentar la lesión para su registro médico.

Para evaluar una lesión en la cabeza, el pediatra o el médico de la sala de emergencias puede preguntarte cómo ocurrió la lesión, qué estaba haciendo tu bebé antes de la lesión y qué síntomas experimentó tu bebé después de la lesión.

También podría hacer una serie de exámenes neurológicos, observar los ojos de tu bebé y la respuesta a la voz y contacto, además de un examen físico general.

Si algo en este examen causa preocupación de que haya una lesión cerebral grave, el médico podría ordenar pruebas de imágenes como una tomografía computarizada. Las tomografías computarizadas usualmente solo se realizan cuando existe evidencia de una lesión cerebral severa.

Aunque es poco frecuente, el médico puede aconsejarte ir a la sala de urgencias más cercana para una evaluación, diagnóstico o cuidados críticos más inmediatos. Además, es posible que quiera observar a tu bebé por unas horas en una versión médica del período de “observación y espera”.

El tratamiento de las lesiones en la cabeza depende de la gravedad. En casos moderados, el hielo, el descanso y cariño adicional son la mejor medicina. (Tampoco es un mal tratamiento para las protuberancias en las cabezas de los adultos).

Después de una conmoción, el pediatra de tu bebé te puede aconsejar que lo monitorees frecuentemente, y sugerir restricciones en sus actividades.

Para las lesiones más graves, es importante seguir las indicaciones del médico. Usualmente, solo las lesiones traumáticas severas en la cabeza requieren intervención hospitalaria crítica que puede incluir tratamientos médicos y quirúrgicos al igual que terapia física.

La mayoría de las protuberancias menores en la cabeza de los niños pequeños no implican ningún riesgo de complicaciones a largo plazo, por suerte.

Sin embargo, existen investigaciones que indican problemas a largo plazo, incluso con lesiones cerebrales traumáticas menores. Un estudio de 2016 que hizo seguimiento de un grupo sueco, encontró una posible correlación entre una lesión cerebral traumática (incluyendo conmociones leves) durante la infancia con un riesgo mayor de problemas de salud mental, discapacidad y hasta mortalidad en la edad adulta. Como es de esperar, los niños que tuvieron múltiples lesiones en la cabeza tenían riesgos aún mayores a largo plazo.

La American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) apoya estas conclusiones con una investigación presentada en su conferencia nacional de 2018. En un estudio de niños diagnosticados con una lesión cerebral traumática de leve a severa, el 39 por ciento desarrolló síntomas neuropsiquiátricos hasta 5 años después de la lesión, como dolor de cabeza, trastorno mental, discapacidad intelectual, depresión/ansiedad, convulsiones o daño cerebral.

Este mensaje motiva a tratar de prevenir las caídas accidentales más graves que podrían afectar la salud, crecimiento y desarrollo de tu pequeño.

Aunque los golpes menores en la cabeza suceden de vez en cuando, aquí encontrarás algunos consejos para ayudarte a mantener a tu bebé lejos del peligro.

  • Instala y asegura las puertas para bebés en la parte superior e inferior de las escaleras.
  • Está atento de áreas mojadas en el piso (especialmente alrededor de piscinas y superficies del baño).
  • Instala alfombras antideslizantes en la bañera y alfombras en el piso del baño.
  • Asegura los muebles con firmeza a las paredes.
  • Mantén a los niños pequeños alejados de las cosas peligrosas de las que se puedan colgar.
  • No sientes ni dejes a tu bebé sobre las mesadas.
  • Evita usar andadores para niños con ruedas.
  • Retira los objetos con los que se pueda tropezar.
  • Ten cuidado en las áreas de juego que no tienen superficies blandas.

No existe duda al respecto, cuando tu bebé se tropieza, sus lágrimas pueden resultar en temores y hasta lágrimas de tu parte. Es normal que te preocupes, pero puedes estar seguro de que las protuberancias menores en la cabeza no causan una lesión cerebral grave ni requieren atención médica de emergencia.

Sin embargo, existen casos raros en los que puede ocurrir una lesión cerebral traumática grave. En este caso, conoce los síntomas que debes observar y siempre llama al pediatra de tu hijo o busca atención médica de emergencia si consideras que es necesario.

Lee el artículo en inglés.