Nunca me habría dado cuenta de qué alimentos eran desencadenantes para mí sino le hubiera dado a mi cerebro la oportunidad de calmarse.

¡Yogur, parmesano… ¿nueces?! Realmente quedé con la boca abierta mientras leía la lista de alimentos que se deben evitar en una dieta para eliminar la migraña.

En ese momento, me habían diagnosticado recientemente con migraña vestibular crónica, un tipo de migraña que puede presentarse con o sin dolor de cabeza, pero que se caracteriza principalmente por mareos, vértigo, una falsa sensación de movimiento y desrealización o despersonalización.

Tomaba medicamentos preventivos, todos los suplementos que mi neurólogo me había sugerido, e incluso probaba terapia cognitiva conductual; sin embargo, seguía experimentando síntomas de migraña todos los días.

Debido a que esperaba formar una familia pronto, lo que significaba que necesitaría dejar algunos de mis medicamentos para la migraña, estaba buscando todos los tratamientos naturales posibles para tratar de mantener mis síntomas bajo control.

Es en este punto en el que comencé a investigar la dieta como factor en el tratamiento de la migraña. Hay algunas dietas que se recomiendan para la migraña, pero una dieta de eliminación de la migraña parecía ser la más popular para descubrir los desencadenantes alimentarios personales.

La dieta para la migraña que iba a probar fue desarrollada por un médico afiliado a un destacado centro médico académico, así que pensé que tenía algo de credibilidad, incluso si la lista de alimentos no tenía mucho sentido para mí en ese momento.

Los principios de una dieta de eliminación de la migraña son bastante simples. Básicamente, eliminas los alimentos que se consideran desencadenantes comunes de la migraña durante unos meses hasta que te sientas mejor o notes una reducción significativa en los días de migraña. Luego comienzas a agregar lentamente los alimentos nuevamente, uno por uno, probando durante unos días para ver si se produce un ataque.

A menudo, esto se puede complementar usando un diario o aplicación para hacer un seguimiento de los días de migraña, y ayudar a separar lo que podría haber sido un desencadenante de ese día: el tiempo, la comida, el estrés, o una combinación de los tres.

Lo que no esperaba era lo difícil que sería incorporar la dieta en mi vida cotidiana, especialmente cuando tenía síntomas diarios. En ese entonces, en realidad no había recursos para recetas de dieta para la migraña, así que tenía que analizar cada receta que usaba, y pensar en sustituciones que pudieran funcionar.

La planificación de las comidas no era solo una opción para organizar mis semanas, sino una necesidad.

Si bien yo consideraba que seguía una dieta saludable, me encontré pasando horas en la tienda de comestibles revisando cada etiqueta en busca de glutamato monosódico y aditivos ocultos.

Cuando las luces fluorescentes y las multitudes son dos grandes desencadenantes de migraña para ti, es un desafío enorme pasar tanto tiempo en una tienda de comestibles. A menudo, iba preparada con una gorra grande, tapones para los oídos y mis anteojos para la migraña solo para hacer mis compras.

Pero estaba comprometida, y sabía que si no le daba una oportunidad justa a esto, el proceso se prolongaría más de lo necesario. En ese momento, probablemente habría hecho cualquier cosa solo para sentir que estaba caminando sobre tierra firme de nuevo.

El primer mes fue un poco accidentado, pero como encontré mis productos favoritos y algunas comidas confiables, empecé mi nuevo plan.

Las comidas para congelar realmente me ayudaron a superar los días de altos síntomas cuando apenas podía soportarlos. Preparaba y congelaba albóndigas, sopas, falafels y enchiladas que podían recalentarse o solo colocarse en una olla de cocción lenta. Usar una olla a presión me permitió hacer caldos y consomés rápidamente sin tener que preocuparme por aditivos en las variedades que compraba en la tienda.

Empecé a enamorarme de preparar sustituciones creativas y explorar ingredientes que normalmente nunca hubiera usado, como la hierba de limón y el zumaque para agregar sabores cítricos.

Alrededor de 2 meses en la dieta de eliminación, me sentí muy frustrada con mi falta de progreso. Me había comprometido del todo con la dieta y había dedicado mucho tiempo y esfuerzo a cocinar, y realmente extrañaba mi yogur diario.

Había renunciado a tanto, pero apenas reconocía un descanso en mis mareos diarios. Hubo un momento en que decidí que todo este proceso no funcionaría para mí, y que simplemente no debía tener ningún desencadenante por alimentos.

Esa noche, preparé cordero con salsa tzatziki, que contiene yogur y es algo que no está permitido en una dieta de eliminación de migrañas debido a la fermentación. Pensé que si el yogur nunca me había dado un problema notable antes, probablemente estaba bien comerlo.

En aproximadamente una hora, experimenté un ataque severo de vértigo en la mesa del comedor. Todo se arremolinaba a mi alrededor violentamente, y cerré los ojos tan fuerte como pude para tratar de que se detuviera.

¿Podría ser que el yogur había sido un detonante todo el tiempo, y solo lo estaba notando después de eliminarlo por completo? Fue entonces cuando decidí darle al proceso unos meses más para ver a dónde me llevaba.

Aproximadamente 4 meses después de iniciar mi dieta de eliminación comencé a experimentar interrupciones en mis mareos diarios. A los 6 meses, en realidad tuve días sin síntomas, y me sentía lo suficientemente cómoda como para reintroducir los alimentos y ver cuáles, si es que había alguno, eran desencadenantes para mí.

Este es un proceso que realmente tiene en cuenta la esperanza y la confianza; de lo contrario, es muy fácil abandonarlo. Hasta el día de hoy, estoy tan agradecida de no haberlo hecho.

En el camino, aprendí lo increíblemente fuerte que era para poder seguir con esto. La migraña habría podido robar mi carrera, pero no pudo impedirme hacer una comida hermosa y deliciosa para mi familia.

Cocinar me dio un sentido de propósito y pasión cuando la mayoría de mis días se sentían como una gran derrota.

Otra observación fascinante: Mis desencadenantes personales no terminaron siendo los más comunes de los que escuchas hablar, como el chocolate o las carnes frías. Eran las cosas que solía comer casi a diario, incluyendo yogur, nueces y cafeína.

Nunca me hubiera dado cuenta de que estos eran factores desencadenantes para mí sin darle a mi cerebro la oportunidad de calmarse con una dieta de eliminación.

Incluso ahora, si alguna vez experimento un brote en mis síntomas de migraña, me pongo un poco más estricta con mi dieta y vuelvo a los principios de eliminación. Afortunadamente, la mayoría de mis días vuelvo a caminar sobre tierra firme. Y (¡un beneficio extra!), no tuve que deshacerme de todo ni gastar fortunas.


Alicia Wolf es la dueña de The Dizzy Cook, un sitio web de dieta y estilo de vida para cualquier persona con migraña, y una embajadora de la Vestibular Disorder Association. Después de luchar contra la migraña vestibular crónica, se dio cuenta de que no había muchos recursos optimistas para las personas que seguían una dieta para la migraña, por lo que creó thedizzycook.com. Su nuevo libro de cocina The Dizzy Cook: Managing Migraine with More Than 90 Comforting Recipes and Lifestyle Tips está disponible en casi todos los lugares donde se venden libros. Puedes encontrarla en Instagram, Facebook y Twitter.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 15 de octubre de 2021.

Versión original escrita el 26 de mayo de 2020.

Última revisión médica realizada el 26 de mayo de 2020.