¿Alguna vez te has preguntado si tu corazón es un músculo o un órgano?

Bien, esta es una pregunta capciosa. Tu corazón en realidad es un órgano muscular.

Un órgano es un grupo de tejidos que trabajan juntos para realizar una función específica. En el caso de tu corazón, esta función es bombear sangre a todo tu cuerpo.

Además, el corazón está formado principalmente de un tipo de tejido muscular llamado músculo cardíaco. Este músculo se contrae cuando tu corazón late, lo que permite que la sangre bombee a través de tu cuerpo.

Sigue leyendo para conocer más sobre la estructura y función de este órgano muscular vital, las condiciones que pueden afectarlo y cómo mantenerlo sano.

Las paredes de tu corazón están hechas de tres capas. La capa media, llamada miocardio, es principalmente músculo cardíaco. También es la más gruesa de las tres capas.

El músculo cardíaco es un tipo especial de tejido muscular que se encuentra solo en tu corazón. Las contracciones coordinadas del músculo cardíaco, que están controladas por células especiales llamadas células marcapaso, permiten que tu corazón bombee sangre como una sola unidad funcional.

Dentro de tu corazón se encuentran cuatro cámaras. Las dos cámaras superiores se llaman atrios. Los atrios reciben sangre de otras partes de tu cuerpo.

Las dos cámaras inferiores se llaman ventrículos. Estos bombean sangre a otras partes de tu cuerpo. Debido a esto, las paredes de los ventrículos son más gruesas y contienen más músculo cardíaco.

El interior de tu corazón también contiene estructuras llamadas válvulas. Estas ayudan a mantener la sangre fluyendo en la dirección correcta.

Tu corazón es absolutamente esencial para la salud y función general de tu cuerpo.

Sin la acción de bombeo de tu corazón, la sangre no podría moverse a través de tu sistema circulatorio. Los otros órganos y tejidos de tu cuerpo no podrían funcionar adecuadamente.

La sangre proporciona a las células y tejidos de tu cuerpo el oxígeno y los nutrientes vitales. Además, los productos de desecho como el dióxido de carbono también son llevados por la sangre hasta expulsarlos de tu cuerpo.

Sigamos a la sangre a medida que se mueve a través de tu corazón:

  1. La sangre pobre en oxígeno de los tejidos de tu cuerpo entra al atrio derecho de tu corazón a través de las venas grandes, la vena cava superior e inferior.
  2. Luego, la sangre se mueve del atrio derecho al ventrículo derecho. Después es bombeada hacia los pulmones para recibir oxígeno fresco y deshacerse del dióxido de carbono.
  3. La sangre ahora rica en oxígeno vuelve a entrar a tu corazón desde los pulmones en el atrio izquierdo.
  4. Después, la sangre se mueve desde el atrio izquierdo hacia el ventrículo izquierdo, en donde se bombea hacia afuera de tu corazón a través de una arteria grande llamada aorta. Ahora, la sangre rica en oxígeno puede viajar a través de tu cuerpo.

Existen muchas condiciones que pueden afectar el corazón. Exploramos algunas de las más comunes a continuación.

Enfermedad de la arteria coronaria

La enfermedad de la arteria coronaria aparece cuando se interrumpe el suministro de sangre hacia los tejidos del corazón.

Esto ocurre cuando una sustancia cerosa, llamada placa, se acumula en las paredes de las arterias que suministran sangre a tu corazón, lo que las hace más angostas o hasta las bloquea.

Los factores de riesgo incluyen:

  • colesterol alto
  • presión arterial alta
  • antecedentes familiares

Las personas con enfermedad cardíaca coronaria están en riesgo de otras afecciones cardíacas como ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y arritmia.

Los síntomas pueden incluir angina, que es una sensación de dolor, presión o tensión que ocurre con la actividad física. Usualmente empieza en el pecho y puede propagarse a otras áreas, como los brazos, mandíbula o espalda.

Otros síntomas pueden incluir fatiga y nerviosismo.

El tratamiento depende de la gravedad de la afección y puede implicar medicamentos, cirugía y cambios en el estilo de vida.

Presión arterial alta

La presión sanguínea es la presión que la sangre ejerce en las paredes de las arterias. Cuando la presión sanguínea es demasiado alta, puede ser peligroso y ponerte en riesgo de una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.

Los factores de riesgo para la hipertensión arterial pueden incluir:

La hipertensión arterial con frecuencia no muestra síntomas, por lo que se detecta en la mayoría de los casos durante una visita de rutina al médico. Los medicamentos y cambios en el estilo de vida pueden controlarla.

Arritmia

Las arritmias ocurren cuando tu corazón late demasiado rápido, demasiado despacio o de forma irregular. Muchas cosas pueden causar una arritmia, como:

Algunas personas con arritmia no tienen síntomas. Si existen síntomas, pueden presentarse como una sensación de agitación en el pecho, dificultad para respirar o dolor en el pecho.

El tratamiento depende del tipo de arritmia que tengas. Puede incluir:

  • medicamentos
  • procedimientos o cirugías
  • dispositivos implantables, como un marcapasos

Insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón no bombea sangre tan bien como debería hacerlo. Las afecciones que sobrecargan o provocan daño al corazón pueden causar insuficiencia cardíaca. Algunos ejemplos incluyen:

  • enfermedad de la arteria coronaria
  • hipertensión arterial
  • diabetes

Los síntomas comunes de la insuficiencia cardíaca pueden incluir sensación de fatiga, tener dificultad para respirar e inflamación en las partes inferiores de tu cuerpo.

El tratamiento puede depender del tipo y la gravedad de la insuficiencia cardíaca. Este puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida y posiblemente cirugía.

Ataque cardíaco

Un ataque cardíaco ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia el corazón se bloquea. La enfermedad de las arterias coronarias con frecuencia causa ataques cardíacos.

Algunas señales de advertencia comunes incluyen:

  • presión o dolor en tu pecho, que puede extenderse a tu cuello o espalda
  • dificultad para respirar
  • sensación de náuseas o indigestión

Un ataque cardíaco es una emergencia que requiere atención médica inmediata. En el hospital, se pueden usar medicamentos para tratar un ataque cardíaco. En algunos casos, también se puede necesitar cirugía.

Puedes ayudar a mantener tu corazón sano siguiendo estos consejos:

  • Reduce el sodio. Tener una dieta que es demasiado alta en sodio puede contribuir a la hipertensión arterial.
  • Come frutas y vegetales. Estas son una buena fuente de vitaminas, minerales y fibra.
  • Ajusta tus fuentes de proteína. Selecciona pescado, corte de carnes magras y proteínas vegetales como soja, lentejas y nueces.
  • Agrega alimentos que contienen ácidos grasos omega-3 a tu dieta. Los ejemplos incluyen pescado (salmón y macarela), almendras y aceite de linaza.
  • Evita las grasas trans. Estas pueden aumentar el colesterol LDL (malo) mientras reducen el colesterol HDL (bueno). Las grasas trans con frecuencia se encuentran en cosas como galletas, pasteles o papas fritas.
  • Lee cuidadosamente las etiquetas de los alimentos. Pueden proporcionarte información valiosa sobre las calorías, el sodio y el contenido graso.
  • Haz ejercicio. Intenta hacer ejercicio durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
  • Deja de fumar. También intenta alejarte del humo de segunda mano.
  • Evita permanecer sentado durante largos períodos de tiempo. Si tienes que estar sentado por períodos prolongados por tu trabajo o al viajar, asegúrate de levantarte ocasionalmente para estirarte y moverte.
  • Duerme bien. Intenta dormir de 7 a 8 horas cada noche. Las personas que no duermen lo suficiente pueden estar en riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Tu corazón es un órgano que está hecho principalmente de músculo. Tiene la función vital de bombear sangre hacia los órganos y tejidos de tu cuerpo.

Debido a esto, es muy importante cuidar bien tu corazón. Recuerda que nunca es demasiado tarde para hacer cambios en el estilo de vida que promuevan la salud del corazón.

Haz ejercicio, come una dieta saludable y deja de fumar para mantener un corazón sano.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 15 de septiembre de julio de 2021.

Versión original escrita el 16 de abril de 2019.

Última revisión médica realizada 16 de abril de 2019.