Es un tipo de infección mamaria que puede ocurrir en las mujeres que no están lactando.

Los abscesos mamarios subareolares son masas infectadas que aparecen justo debajo de la areola, la piel con color alrededor del pezón.

Un absceso es un área inflamada en el cuerpo que está llena de pus. El pus es un líquido lleno de glóbulos blancos muertos.

La inflamación y el pus se deben a una infección local. Una infección local es el punto por donde las bacterias invaden tu cuerpo y permanecen allí. Las bacterias no se propagan a otras partes de tu cuerpo en una infección local.

Anteriormente, estas infecciones eran conocidas como “fístulas lactiferosas” o “enfermedad de Zuska”, llamada así por el médico que las describió por primera vez.

Cuando un absceso mamario subareolar se desarrolla por primera vez, puedes notar algo de dolor en el área. Posiblemente habrá una protuberancia debajo de la piel y algo de inflamación en la piel que está cerca del absceso. El pus puede salir de la masa si se presiona o abre.

Si no se trata, la infección puede empezar a formar una fístula. Una fístula es un agujero anormal desde el conducto hasta la piel. Si la infección es grave, puede ocurrir una inversión del pezón. Esto ocurre cuando el pezón se va hacia el tejido del seno en lugar de quedar hacia afuera. También puedes tener fiebre y una sensación general de malestar.

Un absceso mamario subareolar es causado por un conducto o glándula bloqueados dentro del seno. Este bloqueo puede causar una infección debajo de la piel. El absceso mamario subareolar usualmente ocurre en mujeres jóvenes o de mediana edad que no están lactando.

Algunos factores de riesgo de los abscesos mamarios subareolares en las mujeres no lactantes incluyen:

  • tener una perforación (piercing) en el pezón
  • fumar
  • diabetes

Cómo comparar el absceso mamario subareolar con la mastitis

Los abscesos en el seno ocurren con frecuencia en las mujeres que están lactando.

La mastitis es una infección en las mujeres que están amamantando que causa inflamación y enrojecimiento del área del seno, entre otros síntomas. La mastitis puede ocurrir cuando un conducto lácteo se obstruye. Si no se trata, la mastitis puede causar abscesos en el seno.

El absceso subareolar incluye el tejido del pezón o las glándulas areolares. Usualmente aparece en mujeres jóvenes o de mediana edad.

Tu médico realizará un examen de mama para evaluar la masa.

Se puede recolectar el pus y enviarlo a un laboratorio para determinar qué tipo de infección tienes.

Es posible que tu médico necesite saber exactamente qué clase de bacteria causa la infección, ya que algunas bacterias son resistentes a ciertos medicamentos. Esta información ayudará a tu médico a brindarte el mejor tratamiento. También puede pedir pruebas de sangre para observar la infección y verificar la salud de tu sistema inmune.

Otra opción es realizar un ultrasonido de tu seno para determinar qué estructuras debajo de la piel están afectadas y cuán profundo es el absceso debajo de la areola. A veces, también se puede realizar una tomografía, especialmente para una infección grave o recurrente.

La primera etapa del tratamiento es tomar antibióticos. Dependiendo del tamaño del absceso y tu nivel de molestia, tu médico también podría abrir el absceso y drenar el pus. Este procedimiento se realiza en el consultorio médico. Es muy probable que se utilice un anestésico local para entumecer el área.

Si la infección no desaparece con uno o dos tratamientos de antibióticos, o si la infección regresa repetidamente después de desaparecer inicialmente, es posible que necesites cirugía.

Durante la cirugía, se eliminará el absceso crónico y cualquier glándula afectada. Si ocurre una inversión de pezón, este puede reconstruirse durante la cirugía.

La cirugía puede realizarse en la clínica de tu médico, en un centro quirúrgico para pacientes ambulatorios o en un hospital, dependiendo del tamaño y gravedad del absceso.

Los abscesos y las infecciones pueden volver a aparecer incluso después de haber recibido tratamiento con antibióticos. La cirugía puede ser necesaria para eliminar las glándulas afectadas y evitar que vuelva a aparecer.

Puede ser que el pezón se invierta. Tu pezón y la areola también se pueden deformar o desplazarse fuera del centro debido al absceso, lo que causa daños cosméticos, incluso si la infección se trata satisfactoriamente con antibióticos. Existen soluciones quirúrgicas para estas complicaciones.

En la mayoría de los casos, los problemas del pezón o los abscesos no indican cáncer de mama. Sin embargo, cualquier infección en una mujer que no está lactando acarrea la posibilidad de ser una forma rara de cáncer de mama.

Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés), el cáncer de mama inflamatorio algunas veces se puede confundir con una infección. Comunícate con tu médico si consideras que puedes tener un absceso mamario subareolar.

La mayoría de los abscesos de mama se curan con tratamiento antibiótico o drenando el absceso.

Sin embargo, algunas veces, las infecciones recurrentes o graves requieren cirugía. En su mayoría, estas cirugías previenen la reaparición de los abscesos y las infecciones.

Ya que un absceso mamario subareolar es una infección, necesitarás antibióticos para reducir la presencia de bacterias. Sin embargo, existen algunos tratamientos caseros que puedes usar que reducen el dolor y molestia, mientras curas tu absceso mamario subareolar:

  • Aplica una compresa de hielo cubierto con un paño sobre tu seno afectado entre 10 y 15 minutos cada vez, varias veces al día. Esto puede reducir la inflamación e hinchazón en el seno.
  • Aplica hojas de repollo lavadas sobre los senos. Después de limpiar las hojas, colócalas en el refrigerador hasta que estén frías. Retira el tronco de las hojas de repollo y coloca la hoja sobre tu seno afectado. Aunque esto se usa tradicionalmente para aliviar la mastitis, la naturaleza fría de la hoja de repollo puede dar alivio.
  • Lava tu piel y el pezón con un jabón antibacteriano suave. Deja que el área se seque al aire antes de ponerte un sostén o blusa.
  • Usa un protector suave en tu seno para ayudar a drenar el pus y reducir cualquier fricción que pudiera causar mayor molestia. Los protectores para senos están disponibles en las farmacias en el área de productos para la lactancia. Usualmente tienen un lado suave y un lado adhesivo para asegurarlo en tu sostén.
  • Toma un analgésico de venta libre, como ibuprofeno o acetaminofeno, para reducir el dolor y molestia en tu seno.
  • Evita apretar, empujar, reventar o alterar el absceso, ya que esto puede empeorar los síntomas.

Siempre comunícate con tu médico si tienes señales de que la infección empeora, como fiebre alta, enrojecimiento que se propaga, fatiga, malestar, o si sientes como si tuvieras gripe.

Practicar buena higiene, mantener el pezón y la areola muy limpia si tienes una perforación y no fumar pueden ayudar a evitar el absceso mamario subareolar. S

in embargo, debido a que los médicos no saben específicamente qué los causa, actualmente no existen otros medios de prevención.